Cuatro agentes de la Policía Local deberán declarar en calidad de investigados (imputados, en la anterior jerga judicial) por un presunto delito de torturas, lesiones y amenazas denunciado por un abogado ovetense. La comparecencia ante la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Oviedo está programada para el próximo 2 de junio, a las diez de la mañana. El denunciante es el abogado Manuel Javier López García, quien hace un año presentó una querella criminal contra los citados agentes, a los que acusa de causarle diversas lesiones por todo el cuerpo tras un incidente de tráfico a consecuencia del cual fue detenido.

Los hechos tuvieron lugar sobre las doce de la noche del 19 de agosto de 2014, cuando el abogado se disponía a aparcar el coche en un garaje de la calle Caveda, en la capital del Principado. El querellante sostiene que "desde el primer momento fui maltratado, no sólo con una actitud verbal agresiva y desproporcionada, sino con agresiones físicas". Cuando intentó grabar con el móvil "lo que podría suceder" -prosigue su relato- le tiraron al suelo, le rompieron el teléfono y se lo incautaron, "sin ningún tipo de provocación". Acto seguido, esposado a la espalda, le arrojaron "como un saco de patatas" al interior del vehículo, de modo que se golpeó el rostro contra el interior de la puerta y sufrió una herida en la nariz.

Manuel Javier López García ha subido a Youtube un vídeo en el que muestra las lesiones y hematomas "sufridos como consecuencia de la actuación policial". Sostiene que los agentes le denunciaron en falso por un presunto delito de atentado, y uno de ellos llegó a romperse la camisa delante de él para justificar un supuesto ataque. "Hicieron un atestado absolutamente falso y predeterminado", enfatiza.

Tras la refriega, el letrado pidió ser trasladado al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) para ser reconocido. Allí, continúa la querella, le dejaron "en una especie de calabozo con cristalera", esposado a la espalda, y volvieron a agredirle "de maneras y formas brutales". Uno de los agentes, asegura, le esposó "a una silla clavada en el suelo" y le propinó "varias bofetadas en la cara con los guantes de trabajo". Antes de dejarle bajo custodia de otros dos agentes, uno de los policías que le habrían agredido le espetó: "Ten cuidado con lo que haces, porque me he quedado con tu cara y sé dónde vives", acompañando sus palabras "con gestos amenazadores".

En la querella constan dos partes médicos, el elaborado en la primera visita que realizó el abogado al hospital, a las dos de la madrugada, en la que sólo se refieren lesiones en la nariz, y un segundo informe, de las ocho de la mañana, elaborado tras exigir la víctima una segunda visita al centro hospitalario. En este segundo parte figuran erosiones, arañazos, múltiples hematomas en la región anterior y posterior del tórax, en ambos brazos y en las extremidades inferiores. A consecuencia de estos hechos, el abogado subraya que "estuve 15 ó 20 días yendo a rehabilitación y tuve que recibir tratamiento psiquiátrico".

El querellante asegura que solicitó a la juez pruebas de cámaras "y se me negaron todas sin razonamiento ninguno; me he sentido muy indefenso".