El alcalde de Oviedo, Wenceslao López (PSOE), protagonizó ayer una de esas escenas que, por ser poco habituales en un alcalde (no por falta de voluntad sino porque no se suele dar esa casualidad), llaman la atención.
Sucedió ayer sobre la una de la tarde en La Corredoria. Volvía el regidor de visitar la depuradora de Villaperi, camino del Ayuntamiento, cuando, de repente, observó una moto atravesada en medio de la calzada y, al lado, a un chaval tendido en el suelo. El chico, que al parecer es un trabajador en una empresa de reparación de ascensores, según detallaron diversos testigos, acababa de tener un accidente con un coche. Un ceda al paso mal visto y al suelo.
Uno, como ciudadano, sea o no alcalde, tiene en estos casos dos opciones (pasar de largo y no detenerse) y una obligación (detenerse). El Alcalde se detuvo y se bajó del coche. Como lo hizo también la consejera de Medio Ambiente, Belén Fernández (PSOE), que circulaba en un coche delante. Los dos dirigentes se bajaron a auxiliar al chico, que no sufrió grandes heridas, para sorpresa de varios vecinos que pasaban en ese momento por allí.
Como no suele ocurrir algo así, lo primero que hicieron fue sacar sus teléfonos móviles y retratar el momento. Era la mejor prueba de demostrar que el Alcalde, efectivamente, se preocupa por la vida de los vecinos. Literalmente.
