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A divinis

Problemas de lógica

Indicios de distensión entre el Ayuntamiento y la Semana Santa

Hay indicios de distensión futura entre el Ayuntamiento y las cofradías de Semana Santa. En la reunión que la semana pasada mantuvieron Ana Taboada y Mercedes González (Somos) con dos sacerdotes y con representantes de las hermandades, se vislumbraron soluciones, por ejemplo, para el asunto de la subvención, que podría tramitarse como ayudas del área de Festejos (la subvención negada fue de 21.000 euros, que no van a ninguna parte, pero hay que reconocer que es más una cuestión de fuero que de huevo).

Hubo también en el citado encuentro dos disposiciones encomiables. Las concejalas somosistas entendían que era una chifladura tenerse a baculazos con la Semana Santa, y, por su lado, la parte católica de la reunión se esforzó por razonar sus posturas más acá de toda trascendencia.

Más que un problema de laicismo contra catolicismo, se han dado en este asunto ciertos problemas de lógica municipal. Negarse a imprimir la cartelería de la Semana Santa porque incluía el escudo de la Junta de Cofradías es cómo pagar un cartel de un partido solemne del Oviedo y decirle al club que se abstenga de imprimir su imagen corporativa.

Lo mismo cabe predicar del folleto de la Semana Santa. Si la municipalidad patrocinara un congreso de telepatía cuántica -pongamos-, sería lamentable que le negaran una página de saludo al gurú que preside a los telépatas. Claro que si para el Ayuntamiento el cristianismo ha de ser tan extraño como una pseudocreencia, entonces apagaríamos y nos iríamos. Pero lo que queremos decir es que, una vez aceptado el sufragar el referido folleto, carece de lógica que en una página u otra se intente ocultar que la Semana Santa es católica. Sobre el balcón del Ayuntamiento, el razonamiento es semejante. Si se trata de un espacio neutro al que la Corporación hace subir todo hecho o personas que juzga relevantes, no creemos que un acto inscrito en una procesión merezca rechazo.

En cuanto a los gastos en seguridad y ordenación del tráfico a causa de las procesiones, no nos imaginamos al Ayuntamiento negando ese servicio en jornadas futboleras, carnavaleras, mateínas o de manifestaciones.

La lista de la lógica fallida es larga, pero los dioses han colocado el futuro a continuación del presente, de manera que ahora interesan más las previsiones. Una de ellas se hizo ver este Domingo de Ramos, cuando el alcalde, Wenceslao López, decidió asistir al "caldo" que ofrece el cabildo de la Catedral. Según algunos de los presentes, don Wenceslao estuvo proclive a la concordia y la avenencia. Nos consta que en la curia festejaron su presencia, ya que incluso entre los católicos más severos y apodícticos se dan grandes aspiraciones a la fraternidad. Sólo hubo un pequeño truco. El cabildo invita a los actos de día -procesión y misa de Ramos- y, de modo complementario, al caldito. Esto es como cuando te invitan a una conferencia -muy dura-, seguida de un vino español y sólo vas al vino y a los canapés. Sin embargo, hay que darle tiempo al Alcalde. Él manifestó que cuando cambian las personas en un Ayuntamiento necesariamente cambian las formas, pero le ofrecemos la perspectiva del otro lado: la tradición, que no es una banalidad, sino aquello que nos da forma, acaba siendo más fecunda que la mera novedad.

No obstante, Wenceslao López representa lo mejor de los socialistas veteranos: en cuanto retiran el velo de viejos complejos, son personas muy valiosas y compañeros de cualquier causa, y más con la edad. Ahora, lo que hace falta es que la joven izquierda se atreva a reconocer que son muchas más las cosas que desconoce que las que tiene por ciertísimas. Lógica parte.

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