"La alta velocidad de los vehículos que circulan por las calles Colegio Virgen Milagrosa y, sobre todo, por la de Julio Álvarez Mendo, que es la que une la última glorieta del Hospital Universitario Central de Asturias con la que enlaza con el vial que va hacia La Corredoria, por un lado, y hacia Colloto y Oviedo, por el otro, es un peligro para la circulación y, sobre todo, para los peatones". Así lo denunció a este periódico Juan Bolado, que es el presidente de la Asociación de Vecinos de La Monxina. Al mismo tiempo, Bolado señalaba que concretamente en la calle Julio Álvarez Mendo "ya hubo varios accidentes por exceso de velocidad, y a este paso habrá muchos más".

Se trata de un vial que registra una gran intensidad de tráfico por ser una de las entradas del nuevo Hospital. "Es una gran recta que, unido a la inclinación que tiene y a la falta de semáforos, anima a los conductores a coger una velocidad tremenda, ante lo que los peatones poco pueden hacer para esquivarlos, ya que el paso de cebra muy pocas veces se respeta", advirtió Bolado.

Por eso, para proteger a los peatones, el representante vecinal propone al Ayuntamiento "que coloque un semáforo acompañado de badenes a la altura del edificio de la mutua de Ibermutuamur, para que los coches disminuyan considerablemente su velocidad y todas las personas podamos cruzar la calle con seguridad, ya que hasta ahora estamos vendidos".

Bolado precisó que "en el Ayuntamiento ya lo saben", pero que no hicieron nada hasta ahora, "espero que no tenga que pasar algún accidente más grave para que hagan caso a nuestras advertencias, que en ningún modo son gratuitas".

Pero hay más en el popular barrio, en este caso relacionado con la "misteriosa e inexplicable" desaparición de doce bancos que estaban repartidos por las zonas verdes y de descanso de La Monxina y su entorno.

"No sabemos cómo, pero lo cierto es que en la calle Manuel Llaneza desaparecieron dos bancos, a los que hay que sumar cuatro más en la zona de juegos infantiles cercana a la parada del autobús, donde son muchos los padres y abuelos que acuden con los pequeños, sobre todo los días de buen tiempo, y ahora no tienen dónde sentarse. Tres bancos más faltan en el parque de La Monxina, dos junto a la mesa de ping-pong y otro en más que había en el paseo del parque", apuntó.

En el barrio los vecinos no hablan de otra cosa, "porque nadie se explica cómo pudo ser posible que todos estos bancos ya no estén", explicó atónito Bolado.