El Nazareno pisó ayer la ruta procesional de sus orígenes, datada en el siglo XIX. Lo hacía con gran afluencia de público y a hombros de los braceros de la Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Oviedo, la más antigua de la ciudad, pues de ella hay constancia desde 1675. En cuanto a la configuración de su recorrido original, se halla atestiguado desde 1860.

El cambio supuso que la procesión salió ayer de su templo titular, la iglesia de Santo Domingo (Dominicos), y tras subir por Marqués de Gastañaga no se dirigió a Campomanes, como fue lo habitual en los últimos años, sino que se adentró en el Oviedo antiguo por la calle Magdalena hasta la plaza de la Constitución (Ayuntamiento), para luego encarar la calles de Jesús y de Fruela, y girar a continuación hacia San Francisco. Ese paso por el centro histórico de Oviedo, en dirección a la Catedral, supuso muchos más observadores y seguidores que los que le proporcionaba la calle Cabo Noval, por ejemplo.

La que se considera procesión con mayor arraigo popular en Oviedo también introdujo otro cambio en su logística, ya que con el templo de los Dominicos despejado de bancos la disposición de los cofrades y del paso del Nazareno se conformó a lo largo de dicho espacio, justo antes de que el teniente de hermano mayor de la Hermandad, José Ángel Rodríguez Getino, anunciase por megafonía el orden de salida. Primero, la cruz de guía y los faroles y, a continuación, la banda del Regimiento Príncipe, acuartelado en Cabo Noval y cofrade de honor de la Hermandad del Nazareno.