No hubo escolta de gala de la Policía Municipal -como sí hubo los años anteriores-, pero no por ello la procesión del Jesús Resucitado se abstuvo de salir a la una y media de la tarde por la puerta del claustro de la Catedral, en la Corrada del Obispo. Por imperativo del Ayuntamiento, y por ciertos conflictos de años anteriores, los agentes locales y sus trajes para las grandes ocasiones se esfumaron.

Lo que no faltó fue la música de tonos entre la marcha y el festejo. A la cabeza de la procesión se situó la Banda Principado, y en la retaguardia la banda municipal de música "Ciudad de Oviedo". La singularidad de la procesión del Resucitado es que la promueve y organiza la Junta de Hermandades y Cofradías de la Semana Santa de Oviedo, la entidad que agrupa a los diversos grupos, y que ayer procesionaron en orden inverso a su antigüedad, comenzando por la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén, "La Borriquilla", y siguiendo por la Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Misericordia, Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, María Santísima de la Esperanza y San Francisco Javier, Los Estudiantes. A continuación, viene la Real Cofradía del Silencio y Santa Cruz, la Hermandad de Jesús Cautivo, la Archicofradía del Santo Entierro y Nuestra Señora de los Dolores en su Inmaculada Concepción y, finalmente, la Cofradía y Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno.

La procesión discurrió entre numeroso público durante una mañana soleada y cálida, y al final del cortejo se situaron varias damas de mantilla, que utilizaron en su tocado el color blanco, propio de los ritos de la Resurrección.