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La Bomba Del Fontán | Las Crónicas De Bradomín

Boxeo junto a Puskas en el "Entoldado"

En 1962, una grada del deteriorado recinto deportivo de la ciudad se vino abajo con varios jugadores del Madrid que seguían el espectáculo

Boxeo junto a Puskas en el "Entoldado"

Había transcurrido, al menos, la mitad de la década de los cincuenta cuando acudí por primera vez a un espectáculo deportivo. Fue una soleada mañana de domingo, en compañía de un tío paterno, en el destartalado cuartel de Santa Clara [hoy Hacienda]. Recuerdo el impacto que me causó la entrada al recinto, entre cascotes y abandono, hasta alcanzar el patio central en el que habían dispuesto una rudimentaria cancha polideportiva. Aquel día se disputaba un partido de baloncesto entre la Sociedad Deportiva Astur y la Asociación Atlética Avilesina. Lo más destacado de aquella experiencia surgió cuando una rata cruzando la cancha interrumpió el juego sembrando el revuelo entre la concurrencia. La precariedad de instalaciones deportivas en la ciudad sería una constante durante bastantes años.

El "Entoldado", un socorrido y temporal pabellón multiusos. Una carpa de lona sustentada por una estructura de hierro y con graderío de madera que se instalaba en la plaza de la Catedral, entre los años 1952 y 1955, para dar cobertura a diversos tipos de espectáculos y deportes durante los festejos de San Mateo. Finalmente fue anclado con carácter definitivo en el patio exterior del Hospicio (H. Reconquista), colindante con la calle Asturias. Fue en ese enclave donde comencé a frecuentarlo. Con el paso del tiempo y la falta de mantenimiento el recinto se fue deteriorando. Las filtraciones de agua comenzaban a ser habituales dando paso a situaciones surrealistas. Vi boxeo con goteras sobre el ring, un concierto de rock con paraguas y hasta la disputa de un partido de balonmano con serrín y virutas para achicar el agua de la pista. Recuerdo haber asistido a un partido benéfico de baloncesto entre el Agrubal y el Real Madrid [Emiliano, Vicente Ramos, Sainz, Luyk, etc.], con el cemento de la cancha parcheado. No sería este el único recuerdo que habría de llevar de la ciudad el laureado club.

El 24 de febrero de 1962, el Real Madrid de los Di Stéfano, Amancio, Gento, Puskas y demás, disputaban un partido de Liga con el Oviedo en Buenavista. La víspera se celebraba en el "Entoldado" una velada de boxeo con los primeras series asturianos de la época. Entre el público asistente se encontraban varios integrantes del Madrid. Ni que decir tiene que la gente estaba más pendiente de ellos que de los púgiles. Avanzada la reunión una parte del graderío, próximo a los futbolistas, comenzó a ceder arrastrando a varios espectadores y algún que otro madridista. En el ring la velada continuaba ajena al altercado que se había formado. Por fortuna la cosa no pasó del susto. Al día siguiente Puskas sería el encargado de pintarnos la cara en el prao.

Ese mismo año comenzaba la construcción del futuro Palacio de los Deportes. Trece años hubieron de pasar hasta la inauguración. Excelentes expectativas se abrían para el deporte local. Grandes eventos de carácter internacional se dieron cita bajo su bóveda durante una veintena de años. Hoy en día languidece en la desidia, en espera de una profunda remodelación, ofreciendo desde ferias de vehículos usados hasta bautismos colectivos; incluso el mercado artesanal y folclórico de la Ascensión. ¿Porque no la feria de ganado?. Así somos.

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