A la puerta de la iglesia de San Tirso el Real, Carmen Ruiz-Tilve, la cronista oficial de la ciudad de Oviedo, observaba ayer, hacia la media tarde, cómo iba llegando gente sin parar al funeral por Carmen Noval García, que presidió durante muchos años la Asociación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios Santa María de Covadonga y que fue una melómana empedernida, asidua a conciertos y recitales. "Menchu era mucho", sentenciaba Ruiz-Tilve viendo lo concurrida que estaba su despedida y elogiando a su amiga.

La ceremonia fue oficiada por los párrocos de San Tirso, Ángel Rodríguez Viejo, y el de San Isidoro, José Luis Alonso Tuñón. El primero, que fue quien dio la homilía, definió a Menchu Noval como a una mujer "rica en obras y en vida de servicio a los demás y en amor a Dios" y aludió a su faceta melómana. "Era muy amante de la música y amar la música es una forma de transcendencia", declaró desde el púlpito, sacando a colación una cita del papa Benedicto XVI.

Menchu Noval estaba ligada al mundo de la música por afición y por matrimonio, ya que estuvo casada y enviudó, en el año 2001, del periodista y crítico musical Luis Arrones Peón. La pareja tuvo tres hijas, una falleció y las otras dos, Carmen y Ana Cristina Arrones despidieron a su madre ayer, muy emocionadas y acompañadas por el resto de sus familiares.

Al funeral de Menchu Noval García, asistieron profesores del Conservatorio y de la Universidad, como Ramón Sobrino, Ana Cristina Tolivar, Begoña García-Tamargo, María Sanhuesa o el ya jubilado Emilio Cuesta; el presidente de la Sociedad Filarmónica ovetense, Jaime Álvarez-Buylla; el de la Asociación Lírica Asturiana Alfredo Kraus, Carlos Abeledo; el ex tesorero de la Ópera de Oviedo, Javier Gómez Tuñón; César Álvarez, impulsor de las tertulias de "L' Alderique"; el periodista Eugenio de Rioja, y el ex presidente de la Federación de Comercio de Asturias Severino Álvarez-Zaragoza, entre muchos otros.

En su sermón, Rodríguez Viejo consoló a la familia hablando de las buenas obras "que acompañan" a Menchu Noval y de "las tareas que realizó en bien de otros, como presidenta de la Asociación de Amas de Casa, usuarios y Consumidores". Sobre esta última faceta, el cura destacó el hecho de que uno de sus objetivos fuera "la protección del Medio Ambiente", en la línea de lo defendido por Francisco I en una de sus encíclicas. También destacó la circunstancia de que Menchu Noval fuera "una persona creyente de vida religiosa".

La música tuvo una presencia muy especial en el funeral, no sólo por las muchas personalidades de ese ámbito sino también como acompañamiento.

Ramón Sobrino, al órgano, y la soprano Begoña García-Tamargo interpretaron durante la liturgia "Quia respexit. Magnificat" de Bach, el Ave María de Schubert; "Heilig. Zum Sanctus der deutschen Messe" de Schubert, "Panis Angélicus" de Franck, y "Pie Jesu. Requiem" de Fauré. A la entrada y la salida de la misa, Sobrino toco Bach en solitario.