Marta Pisano González es la coordinadora del programa Paciente Activo, que la dirección general de Salud Pública del Principado desarrolla en colaboración con los ayuntamientos. Aún no lleva dos años en marcha y hasta ahora un millar de asturianos, enfermos crónicos, han tenido la oportunidad de "activarse". Esta iniciativa toma como modelo la llevada a cabo en la Universidad de Stanford. Los participantes llegan orientados desde los ayuntamientos, los centros de salud o las asociaciones de enfermos. Y hay un correo electrónico al que dirigirse: martam.pisanogonzalez@asturias.org. Ciento veinte monitores, al frente de grupos de 16 personas, les guiarán durante seis semanas a través de una experiencia que algunos definen como "transformadora". Ayer el programa Paciente Activo se presentó en las Jornadas e-Salud.
-Habla de Paciente Activo como de una escuela de pacientes, ¿eso qué significa?
-Las escuelas de pacientes surgen de la certeza de que la información no mueve: puedo saber que fumar es malo pero eso no hace que deje de hacerlo, para lograrlo primero tengo que creerme capaz y después debo ajustar mi expectativa de resultados: quiero adelgazar veinte kilos pero tengo que empezar por moderar el consumo de pan, por ejemplo. El programa Paciente Activo modifica hábitos de salud con prácticas de "coaching". Las habilidades que se enseñan al paciente crónico podrían enseñarse a la población general: se trata de comer bien, hacer ejercicio, cómo relajarse... Tomamos muchísimos fármacos en Asturias, muchísimas benzodiacepinas.
-Ha dicho que Asturias está a la cabeza de España en el consumo de esos ansiolíticos.
-Porque en nuestra vida no incorporamos el relax.
-Cómo tendrían que estar entonces en Madrid...
-Igual allí lo controlan yendo al cine, al teatro o saliendo al campo los fines de semana. Sea como sea, hemos medicalizado mucho la vida y los programas como Paciente Activo se proponen recuperar el control del paciente sobre su vida, además de unir personas.
-¿Hasta qué punto repercute la implicación del enfermo en su recuperación?
-Se sabe cómo la conexión mental en un paciente de cáncer hace que genere leucocitos y activa mecanismos de defensa del organismo; se sabe que el ejercicio físico aumenta las defensas, el bienestar...
-Se dice que la población nunca estuvo tan sana y nunca se ha sentido tan enferma.
-Tenemos una esperanza de vida inimaginable hace años, vamos a enfermar, eso es inevitable y tenemos que aprender a hacerlo, a incorporarlo bien, a no encerrarnos en casa, a disfrutar... Hay que prestar mucha atención al ámbito emocional.
-¿Han incorporado la tecnología?
-Utilizamos esas herramientas para la formación. Haremos una web y un espacio de intercambio, más adelante. Tenemos herramientas como "Asturias actúa", una app del Observatorio de Salud en Asturias, que con un geolocalizador te indica los activos en salud más próximos a ti. Las herramientas de monitorización, los "wearables", ayudan pero no son suficientes por sí solos.
-Según su experiencia, ¿cuál es la mayor barrera para afrontar la enfermedad?
-Hay gente que va al primer taller y no vuelve más, porque saca beneficio de la enfermedad. Ese es el 20 por ciento. Estar enfermo implica que te cuiden, que te disculpen... Pero a partir de ahí la metas se las marca cada uno.
