Hay que ser muy especial para ponerle a una peña del Oviedo el nombre de una ciudad alemana. Una singularidad que la peña Bochum sigue demostrando con gestos como entregarle el galardón que otorga cada año en memoria de Víctor Mesa a Silvino Aparicio, el utillero del Oviedo, en vez de dárselo a cualquiera de los jugadores de la plantilla.

Lo de Bochum tiene una explicación sencilla. El fallecido Víctor Mesa fundó una cervecería en la Avenida de Colón. El nombre para el local lo tomó de una ciudad alemana con un nombre muy sonoro y que encima estaba hermanada con Oviedo: Bochum. Y allí se juntaban un grupo de aficionados azules que ya viajaban de vez en cuando con su equipo. Y de la cervecería tomaron el nombre de una peña que se ha convertido en una de las más longevas y que mantiene tras casi tres décadas la pasión por unos colores.

"Hemos visto de todo", reconoce Luis Chaney, uno de los socios fundadores de la peña. Con el paso del tiempo sí que han cambiado algunas cosas. Ahora viajan menos que cuando eran más jóvenes y se centran más en las actividades que organizan en su sede, el Bar Garnacha, que sustituyó al local donde se fundó la peña. Allí realizan cada año el memorial en recuerdo de Víctor Mesa. "Viajamos algo menos, íbamos a ir a Bilbao pero al ser el partido un lunes nos ha sido imposible", explica Luis Chaney.

En la nueva sede están cómodos porque allí tienen cosas que han ido reuniendo a lo largo del tiempo. "Tenemos nuestras cosas, nuestros recuerdos, el trofeo de campeones del torneo de peñas que ganamos en 2011", explica Chaney. Han pasado los años pero siguen siendo los de siempre, con algún fichaje que han ido haciendo. "Seguimos siendo los mismos, vamos conociendo a gente y se junta con nosotros. También hay algunos hijos de los que empezaron". En estos momentos están en torno a los 50 socios.

Una peña que curiosamente tiene a un segundo equipo en el corazón. Y como no podía ser de otra manera ese equipo es el Bochum. Un equipo al que siguen y del que esperan también un ascenso. "Están peleando por subir a la Bundesliga, a ver si en un par de años estamos los dos en la Champions", dice entre risas Luis Chaney. El año pasado recibieron la visita de gente de Bochum. Un grupo de ellos también estuvo este año en Girona, donde la peña Barcelona hizo de anfitriona. "Tenemos pendiente ir allí", reconoce Chaney.

En estos momentos viven con algo de inquietud los últimos sucesos ocurridos en el Oviedo, con la salida de Egea del banquillo azul. "Parece algo extraño que suceda algo así sin que se supiera nada", dice uno de los fundadores de una de las peñas más veteranas del club azul. Una peña que sigue en forma, yendo cada dos semanas al Tartiere y reuniéndose en el bar Garnacha cada vez que los azules juegan en casa. Una trayectoria de casi treinta años en la que tienen viajes como el que hicieron a Génova cuando jugó el Oviedo la UEFA. "Un viaje bueno porque el Oviedo estaba en la UEFA y malo porque se perdió", rememora Chaney. Querían ir a Bilbao, "pero con este horario que nos ha puesto la Liga es imposible".