Tener una mascota en casa es algo muy gratificante. En muchos sentidos. Pero también requiere cierto grado de compromiso. Cualquier dueño de un perro, gato, hámster o pájaro, entre otros, tiene la responsabilidad de proporcionar a su animal de compañía todos los cuidados que necesita. Y en esto se incluyen las visitas al veterinario. Si bien los perros o los animales exóticos suelen acudir con facilidad y buen humor a la clínica, con los gatos ocurre todo lo contrario. Sacar a un felino de su casa puede convertirse en ocasiones en una auténtica odisea. Una situación algo complicada y estresante que afecta tanto a la mascota como a sus dueños.

"He tenido que perseguirle por toda la casa cerrando puertas", "entre mi marido y yo no podíamos meterle en el transportín", "llego tarde a la consulta porque era imposible sacarle de debajo de la cama" o "esta mañana al levantarme ¡ya estaba escondido!, ¿cómo puede saber que veníamos al veterinario?". Muchas de las personas que comparten su hogar con un gato pueden sentirse identificadas con estas afirmaciones. Los mininos saben perfectamente que algo pasa, "huelen" que algo modificará su tranquila rutina y harán todo lo posible por no salir de su casa. Y menos para ir al veterinario, donde hay otros animales que les generan desconfianza. Esto hace que sean muchos los casos en los que los gatos no siguen sus controles rutinarios o permanecen en casa aunque sus dueños piensen que puede haber alguna anomalía que debería ser diagnosticada. Llevarlo al veterinario se percibe como traumático y prefieren evitarlo. Un error con mayúsculas.

Las revisiones y los controles veterinarios son imprescindibles. Algunas enfermedades pueden pasar desapercibidas en sus primeras fases y, en ocasiones, cuando finalmente se decide acudir a la clínica, la enfermedad puede haber avanzado de manera preocupante.

Por fortuna, esta situación estresante para gatos y dueños tiene los días contados. Conscientes de la importancia de "gatificar" la sanidad veterinaria, la ISFM (International Society of Feline Medicine), en colaboración con Gemfe-Avepa (Grupo de Estudio de Medicina Felina de España), está concediendo el distintivo de "clínica amable con los gatos" a aquellos centros que cumplen una serie de requisitos y superan una evaluación dentro del programa europeo WellCat de ISFM-Purina, llamando así la atención de los propietarios de felinos sobre aquellas clínicas veterinarias que se esfuerzan por dar una atención esmerada y adaptada a la idiosincrasia felina. En Asturias ya hay dos, y una de ellas está en Oviedo, el Centro Veterinario Ciudad Naranco.

Instalaciones acondicionadas, horarios reservados, salas de espera independientes con decoración e información felina o consultas y zonas de hospitalización exclusivas constituyen pequeños detalles que favorecen al gato y facilitan su paso por la clínica, pero que casi ningún centro había tenido en cuenta hasta hace algunos años, cuando, a causa de su vertiginoso aumento como animal de compañía, se empezó a plantear la importancia de ofrecer una atención felina especializada, que se tradujo en la adaptación de algunos centros y en el surgimiento de varias clínicas exclusivas que han hecho de la "gatificación" en el trato y en las infraestructuras un valor añadido a unos cuidados veterinarios específicos y de calidad.

Esto no significa que todos los centros veterinarios que tienen el distintivo Cat Friendly estén destinados en exclusiva para gatos. En el caso del Centro Veterinario Ciudad Naranco, seguirá ofreciendo sus servicios a mascotas como perros o animales exóticos. La diferencia es que no compartirán consultas ni sala de espera con los gatos. Cada uno tendrá su propio espacio, pero hay para todos.

Gracias al programa WellCat y al interés de muchos profesionales, el listado de clínicas adaptadas a las necesidades felinas va creciendo en España, siendo muchos los centros que lucen ya su distintivo como clínica Cat Friendly y muchos más los que esperan su acreditación tras haber reflexionado acerca de los puntos débiles y fuertes de sus instalaciones y de su equipo humano, y haberse comprometido a resolver los primeros y a mantener los segundos, todo con el fin de lograr crear espacios en los que gatos y propietarios se sientan si no cómodos, al menos no estresados.

Es importante destacar que no sólo las instalaciones están adaptadas a los gatos. Los profesionales veterinarios también tienen una formación específica, lo que garantiza que los gatos sean correctamente atendidos por profesionales que cuiden al tiempo de su salud y de esos detalles que conseguirán que la experiencia de ir al veterinario deje de ser una pesadilla.

Oviedo ya tiene la suya, Centro Veterinario Ciudad Naranco. Los amantes y dueños de los gatos lo agradecerán sobremanera.