El bodegón Miranda, uno de los locales más emblemáticos del occidente asturiano, cumple 70 años. Cuatro generaciones de hosteleros encabezadas por Manuel Maseda han regentado el bar de la plaza del Fondrigo, uno de los lugares más acogedores, caseros y carismáticos para tomar los vinos cualquier día de la semana.

Manuel Maseda y Mercedes Rodríguez abrieron el bodegón en 1946, con el nombre de "Casa Mercedes", una época en la que la vida era bien diferente a como es ahora, el dinero escaseaba y en el bodegón servían comidas a la vez que funcionaban como bar-tienda, "lo mismo vendían un caldero que servían un vaso de vino", comenta Manuel, nieto de Manuel Maseda y actual propietario del bodegón Miranda.

La hija de Manuel y Mercedes, y madre del actual propietario, heredó el negocio y estuvo al frente del mismo durante toda su vida, atendiendo a generaciones de veigueños. Con el tiempo dejó el bodegón a su hijo, Manuel, el actual propietario, que se hizo cargo del mismo temporalmente junto a otros negocios, cediendo el testigo a su mujer, Mónica Barrera, y a su hijo Benjamín, que son los actuales responsables de hacer que este local se llene a diario de veigueños y visitantes de concejos limítrofes, tanto de Asturias como de la vecina Galicia.

Durante todo este tiempo, el bodegón Miranda no ha perdido ni un ápice de su sabor y su encanto, manteniendo tradiciones como la de la venta de una excelente vinoteca y jamones y embutidos, que le han hecho famoso. Del mismo modo, nada apetece más que tomarse un vino en la barra de un local que ofrece más de treinta marcas diferentes de vino a elegir para charlar con los amigos.

El bodegón Miranda es mucho más que un local de copas, es toda una institución en el occidente de Asturias, su terraza es lugar de parada obligada para aquellos que quieren saborear el encanto de la costa asturiana y encuentro obligatorio de los veigueños de toda la vida; no en balde ha sido el lugar preferido de los abuelos, padres, hijos y nietos de cada generación.