Al pescado azul se le atribuyen muchas virtudes, pero hay que añadirle una más: ayuda a combatir el estrés. Así lo demuestran varios estudios. Se debe a que es rico en omega 3 y ayuda a ponerle cerco al agobio reduciendo el cortisol, que es la hormona que se libera en situaciones estresantes. Por lo que peces como el salmón, sardinas, boquerón, anchoa, arenque, xarda (caballa) -ahora de temporada en Asturias- o atún son muy recomendables para ayudar a mantener la calma.

Este tipo de pescado se diferencia del denominado blanco en que tienen un 10% más de grasa, pero es una grasa sana, son las cualidades beneficiosas del omega 3. Son ácidos grasos poliinsaturados que son esenciales para el organismo porque, además, ayudan a reducir el nivel de colesterol, los triglicéridos y a prevenir enfermedades cardiovasculares.

Se ha calculado que cada 100 gramos de sardina aportan 2,5 gramos de ácidos grasos omega 3 y en el caso del salmón se eleva a los 5,5. Estudios como el de la universidad estadounidense de Gettysburg, en Pennsylvania, han demostrado que el pescado azul, además de ser bueno para reducir el estrés, también rebaja la tensión arterial.

Los expertos aconsejan completar la dieta y consumir otros alimentos para combatir los niveles de nerviosismo. Por ejemplo, las verduras de hoja verde, como son las espinacas o las acelgas, entre otras, son igualmente ricas en ácidos grasos omega 3 y también aportan vitamina B, que está relacionada con las hormonas que ayudan a estar más tranquilos.

Los lácteos son otro alimento para vencer el estrés. Se debe a que contienen triptófano, que es un aminoácido que favorece la producción de serotonina, la hormona de la tranquilidad. El chocolate es otro aliado para combatir los nervios de más, pero hay que tener en cuenta que su porcentaje de cacao esté por encima del 70% y que el elegido no tenga azúcares añadidos.

Es beneficioso porque ayuda a liberar endorfinas, que favorecen la relajación del sistema nervioso. El plátano y los frutos secos también pueden contribuir a llevar una vida más tranquila porque el potasio del primero y el magnesio de los segundo influyen positivamente sobre el sistema nervioso de las personas.

Pero más allá de liberar el estrés, al pescado azul, gracias a sus preciados ácidos grasos omega 3, se le atribuyen otras virtudes. Varios estudios han demostrado la relación de su consumo con una mayor protección ante el deterioro cognitivo asociado a la edad y de las isquemias cerebrales, incluso del alzhéimer.

Investigaciones como la realizada por la Universita Cattolica Sacro Cuore en Roma ha concluido que estos ácidos afectan a la formación de sinapsis entre neuronas (la conexión entre ellas) y actúan frente al estrés oxidativo de las células nerviosas.

Los consumidores de pescado azul están, además, de enhorabuena porque comienza la temporada para poder consumirlo fresco en la región. La xarda ya llega desde hace semanas a los puertos del Principado, mientras que la sardina y el bonito están a la vuelta de la esquina y a finales de primavera se podrán tener ya en el plato los primeros ejemplares fresco.