El bombero que sobrevivió al derrumbe del edificio, Juan Carlos Fernández Granda, "Cuni" recibió ayer el alta hospitalaria tras pasar la noche en un box de urgencias. Aunque en un principio se creía que tenía una fractura de fémur, finalmente los médicos que le atendieron en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) determinaron que las lesiones no alcanzan el grado de fractura. Las otras heridas, las psicológicas, tardarán más en curar.

"Cuni", acompañado por su familia en su domicilio de Avilés donde vive con su pareja y su hijo de poco más de un año, no paró de recibir ayer llamadas y mensajes de ánimo y apoyo. En conversación telefónica con este periódico explicó que prefería no hacer ningún tipo de comentario sobre lo sucedido. Su testimonio será clave para esclarecer los hechos, puesto que en el momento del derrumbe trabajaba al lado de su compañero fallecido, Eloy Palacio Alonso.

Fernández Granda, de 35 años, pertenece a la generación más joven de los bomberos de Oviedo, con una plantilla que ronda los 50 años de media. Trabajó como conductor de ambulancias y también como bombero en Pontevedra. Cuando salió la última convocatoria de plazas para el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) no dudó en presentarse. Sacó la oposición y fue recibido con otros cuatro bomberos por el entonces alcalde, Agustín Iglesias Caunedo, en un acto oficial en el Ayuntamiento de Oviedo. Entonces dijo que era bombero por "vocación" y prometió trabajar en servicio de los ciudadanos.

Hace un mes volvió al Ayuntamiento, esta vez en compañía del actual concejal de Seguridad Ciudadana, Ricardo Fernández, para anunciar que este año, para la fiesta de San Juan de Dios, iban a sacar los coches de bomberos y todos los equipos a la calle. Los bomberos más jóvenes del cuerpo se volcaron con la organización y los veteranos les apoyaron en un gran simulacro en la plaza de la Catedral que fue un éxito a pesar de la lluvia.