Las calles Uría y Melquíades Álvarez seguirán cerradas y tomadas por las grúas, los camiones de limpieza, los furgones de los bomberos y las patrullas de la Policía Local durante los próximos días. El Ayuntamiento de Oviedo no tiene fecha para su apertura, no adelanta plazos para completar las labores de desescombro ni para que sus técnicos certifiquen la seguridad en la zona y en los edificios anexos al 58 de Uría. Las calles no se abrirán a la circulación de automóviles ni al libre tránsito de peatones hasta que se haya descartado cualquier riesgo, según fuentes municipales, y eso llevará más de dos o tres días.

Ayer, durante toda la jornada, los bomberos, policías locales y operarios municipales continuaron trabajando en la zona del siniestro. La actividad más visible era, además de la de las grúas y camiones en Uría, la de la calle Melquíades Álvarez, ocupada por una aparatosa estructura metálica que había sido retirada de la parte alta del edificio quemado, para evitar que se precipitara sin control.

Los operarios trabajaban cuidadosamente y sin urgencias, sin estorbos por parte de los viandantes que, en general, se mostraban respetuosas con las restricciones en los accesos. A la altura de una de las paradas de autobús de Uría una valla, vigilada por un agente de la Policía Local, restringía el paso: solo se les permitía a los residentes en el número 17. También se podía llegar hasta el único supermercado que hay en Uría y que durante toda la mañana de ayer estuvo muy concurrido. A los portales de Uría 19 y 20 solo se puede acceder entrando desde Independencia.

En la acera de enfrente, la del edificio arrasado, siguen cerrados los inmuebles del 54, 56 y 60. En el 56 de Uría los propietarios e inquilinos estuvieron entrando durante la mañana de ayer, siempre acompañados por un bombero, para comprobar el estado de los locales y de sus pertenencias. El constructor Julián Bravo contaba que él fue uno de los que hace más de quince años rehabilitó ese edificio y que toda su estructura fue renovada. El caso es que, como corroboró el presidente de la comunidad de vecinos, Javier Blanco, a primera vista no parece haber ningún daño en el inmueble. Mientras esperaban la llegada del arquitecto del Ayuntamiento para inspeccionar el interior, Bravo y Blanco expresaban su deseo de que el Ayuntamiento actúe con celeridad para reanudar lo antes posible la rutina y reabrir los despachos y negocios ubicados en el edificio. En Melquíades Álvarez, los vecinos del número 23 durmieron en casa el viernes.

La prioridad de los responsables municipales es estabilizar y asegurar las fachadas del edificio que se incendió, lo único que se mantiene en pie de él. Los harán con sujeciones de hormigón. En ello emplearán varios días.

Varias líneas de autobús ha sido desviadas ante el cierre de uno de los tramos de Uría. Desde el Ayuntamiento piden a los ciudadanos que eviten la calle Independencia en automóvil en sus rutas, para prevenir embotellamientos.