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Al Final De La Semana

Puñaladas al corazón de Oviedo

Una reyerta a cuchilladas entre clanes y el pavoroso incendio de Uría dejan una semana para olvidar en una ciudad que, por fin, tiene presupuesto oficial

Puñaladas al corazón de Oviedo

Es una semana para olvidar la que empezó con una reyerta a cuchilladas entre clanes de las mafias de la mendicidad y siguió con un pavoroso incendio en la calle Uría que se lleva por delante la vida de un bombero que ni siquiera tenía que estar en su día de descanso.

Un problema social y de seguridad

La Policía actuó con contundencia y la justicia también. Una decena larga de miembros de los dos clanes rumanos gitanos están en prisión después de desfilar ante el juez . Peleaban por el pago del precio de la venta de una niña. No queda claro si era una venta tal cual, o el precio por casarla con uno del otro lado. En todo caso, despreciables maniobras de dos familias que, se ha sabido, están en el último eslabón de la cadena mafiosa que maneja la mendicidad desde fuera de España. Se reparten esquinas, trasladan a sus peones en potentes coches y los sientan en supermercados, iglesias o calles transitadas, con carteles clónicos, a veces hasta con las mismas faltas de ortografía. Son casi invisibles pero si uno se fija la ciudad es un avispero de ellos. Salen a la luz cuando lo suyo se les va de las manos. Como lo del lunes: una pelea a puñaladas sin piedad, con tipos abatidos en el suelo a la espera de la ambulancia salvadora. Uno de los cuchillos apareció roto de la fuerza con la que lo habían clavado en el pecho de otro. Actuó la policía y avisó de que hay algo más que un asunto de seguridad ciudadana, un problema social

Eloy, héroe involuntario

Las historias heroicas se escriben a contra voluntad, porque suelen llevar un alto precio a cambio del reconocimiento. Con la vida pagó Eloy Palacio, un bombero valiente y servicial, haber sido el primero en aparecer de los que no tenían que trabajar ese día pero fueron llamados como refuerzo para apagar el fuego en el número 58 de calle Uría. Un incendio que parecía sencillo, que no era nada, pero que se complicó. Hoy es el último día de luto y todavía retumban los ecos de la tragedia. Pero llegará el momento de buscar explicaciones, de preguntar por las tomas de agua de la calle y saber por qué los bomberos tuvieron que engancharse a las bocas de riego, con menos presión y que obligan a estar más cerca de las llamas. Hay más preguntas, y ya la juez las está haciendo

Ayuntamiento unido

Es posible que le queden solo unas pocas horas a la unión que ha demostrado la Corporación municipal desde que el fuego acabó con la vida de un bombero. Hubo abrazos entre concejales de partido muy enfrentados; al edil de seguridad, Ricardo Fernández, el responsable de los Bomberos y la Policía Local le llovieron muestras de apoyo. Con una monovolumen y un coche se las apañó la Corporación casi al completo para ir el viernes al tanatorio de Pola de Siero. Antes habían aprobado (esto solo el gobierno) un presupuesto de 223 millones. Llegó con 99 días de retraso, pero llegó. Ahora, a hacer obras para Oviedo.

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