"Lo único que queremos es que se nos garantice que en la próxima OPE no habrá chanchullos". Ésta es la frase que, en formato coloquial, resume el sentir de decenas de médicos interinos de la sanidad pública asturiana. Están inquietos ante la próxima convocatoria de una oferta pública de empleo para facultativos, ya comprometida por el Gobierno regional. A su juicio, los responsables de la Consejería de Sanidad, ante las irregularidades detectadas en los anteriores procesos selectivos, "están reaccionando con una tibieza excesiva que genera desconfianza entre los profesionales".

El último proceso selectivo de médicos, celebrado en 2011 pero que ha seguido coleando hasta el momento actual, ha dejado muy mal sabor de boca entre los médicos asturianos. En particular, el concurso-oposición de medicina interna, anulado el pasado mes de febrero por el Tribunal Supremo a causa de las filtraciones de preguntas por parte de algunos miembros del tribunal calificador a determinados opositores.

El ambiente que se ha ido creando en las últimas semanas, a raíz de la citada sentencia, es de malestar y de lo que denominan "una cierta angustia ante el futuro". "Queremos que el próximo concurso-oposición sea limpio y que sólo esté condicionado por los conocimientos de cada opositor", según explicaron a LA NUEVA ESPAÑA varios facultativos que representan "la opinión de muchos compañeros de todos los hospitales del Principado". "Nuestra condición de interinos y eventuales no nos permite expresarnos públicamente con toda la libertad que sería deseable", agregaron.

El consejero de Sanidad del Principado, Francisco del Busto, declaró el pasado 17 de marzo en el Parlamento regional que su Departamento convocará entre 500 y 1.000 plazas (en números redondos) en la próxima OPE. Se trata de puestos que abarcan todas las categorías sanitarias y no se sabe cuántos se dirigirán a médicos. La convocatoria se llevará a cabo, agregó Del Busto, "en el momento en que finalice el proceso de movilidad [concurso de traslados] que está en marcha". Sobre el papel, los traslados deberían estar concluidos el mes que viene.

Hacía años que los médicos con contratos temporales no confluían en una dirección común. La reactivación fraguada en las últimas semanas tiene su epicentro en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), pero los promotores quieren abarcar toda la geografía sanitaria regional. La movilización está impulsada por interinos y eventuales que, en su mayoría, tienen unos 35 y 40 años y se disponen a competir por una plaza fija. "Lo que sucedió en las oposiciones de 2011, sobre todo en la de medicina interna, pero también en las de rehabilitación y medicina intensiva, ha generado un desaliento enorme y nos sentimos obligados a reclamar alguna medida que evite que se repita algo tan intolerable", precisó la citada fuente.

La situación de mayor gravedad se registró en la convocatoria de medicina interna. El Supremo la anuló y ha ordenado que se repitan el segundo ejercicio (el afectado por las filtraciones) y la baremación de los méritos de los candidatos, bajo la tutela de un nuevo tribunal calificador. La Consejería de Sanidad ya ha declarado en diversas ocasiones que así se hará. Lo que no ha especificado aún es si será sancionado el responsable (uno o varios) de la filtración de las preguntas. En el concurso-oposición de rehabilitación, una integrante del tribunal que reconoció que había contado con una persona ajena al tribunal para diseñar el examen, fue relevada de esta responsabilidad y más tarde suspendida de empleo y sueldo durante dos meses.

En la oposición de medicina interna obtuvieron plaza fija 23 médicos que, según el Consejero de Sanidad, serán desposeídos de la misma y habrán de volver a competir. Los opositores están barajando la posibilidad de solicitar a Sanidad la creación de otras 10 plazas, de modo que accedan a la condición de fijos los 33 médicos que habían superado el primer examen y que la anomalía se salde sin damnificados.