María Eugenia Barrionuevo, "Maru" para los amigos, es una mujer enamorada de la gastronomía, la cocina, los viajes y de una ciudad a la que vino, Oviedo, en octubre de 2002, con un contrato para trabajar desde su país, Argentina. Delicada y al tiempo pasional, transmitiendo una querencia singular por cuanto hace y con una fe ciega en que el que la sigue la consigue, lleva los dos último años de su vida entregada a un proyecto hecho realidad y con el que disfruta enormemente: su tienda Maru&cooks en Oviedo, donde además de tener productos originales y gourmets a buen precio, también ofrece alguna de sus especialidades, sobre todo en panes y bollería.

"Desde bien pequeña sentí interés por el pan y todo tipo de bollería. Ahora sé por qué, se debe a mis raíces asturianas, a mis bisabuelos, que eran panaderos en Pola de Siero. Les llamaban Los Panchulos", señala con una sonrisa.

Maru recuerda que su abuelo Gregorio, que partió para Argentina con 19 años, siempre recordaba sus orígenes, "su tierrina, por la que tenia gran añoranza". "Siempre nos hablaba de su Asturias y nos enseñó en cierta forma a quererla, aún sin conocerla, en la lejanía. El vino varias veces, pero al final falleció allí. Mi hermana Isabel vino antes y se quedó enamorada de Asturias. Tanto me habló de la tierra del abuelo que, cuando vine yo, me daba la impresión de que había estado aquí, que ya la conocía", afirma mientras va preparando sus bocaditos de verdura y carne. Antes de residir definitivamente en Oviedo, ya había viajado a la región en dos o tres ocasiones.

Durante 14 años trabajó como dependienta en Almacenes Galán. Sus inquietudes gastronómicas y su pasión por la cocina, además de su ansia de ampliar conocimientos en el campo de la alimentación especializada, la llevaron a poner en marcha la encantadora tienda que regenta en Oviedo. "Tengo muchísimos libros de cocina, siempre estoy aprendiendo, disfruto mucho con ello. Experimentando. Conociendo. La cocina internacional me resulta muy atrayente, creo que es una parte importante de la cultura de cada país".

Sobre la receta que hoy ofrece, recuerda que la hacía su otra abuela, también gallega, "y luego la continuó haciendo en casa mi madre. Es un plato muy económico, que puede ser un plato único. Tiene vitaminas, hidratos de carbono y además está muy rico", destaca.

De Oviedo le gusta todo: "No cambio esta ciudad por ninguna. La gente es encantadora y estamos a un paso del mar y la montaña. Me gusta pasear por el casco antiguo, al atardecer y cuando hay poca gente, que es cuando tiene más encanto. El Campo San Francisco y el Naranco, donde está el Cristo Redentor, son otros de mis lugares favoritos".