Son jóvenes, muchos de ellos formados en profesiones y estudios ajenos al mundo rural, pero que han acabado viviendo en él y para él. Y no por cualquier motivo, sino porque creen que la producción agrícola local, ajena a los intermediarios y a la red industrial que impera en el mundo capitalista, es la única salida para mejorar la salud de la sociedad "enferma" y conseguir una soberanía alimentaria real.

Por eso, ayer, un grupo de cooperativas y campesinos autónomos jóvenes de diferentes partes de Asturias se reunieron en Oviedo para informar, concienciar y acercar de primera mano sus productos a los ciudadanos. La cita, que se trasladó por la lluvia del paseo de los Álamos a la plaza del Paraguas, coincidió con la celebración del Día Internacional de las Luchas Campesinas, que lleva más de 12 años realizándose en la región. "Celebramos el 17 de abril no solo para homenajear la masacre de Eldorado dos Carajás de 1996, en la que fueron asesinados 19 campesinos brasileños a manos de la policía, cuyo único crimen había sido luchar por el derecho a la tierra. También lo hacemos para reivindicar las luchas campesinas de aquí, porque están acabando con los productores agroecológicos del mundo rural", afirma Eva Martínez, una de las organizadoras de la cita e integrante del colectivo asturiano por la soberanía alimentaria. "9 de cada 10 alimentos de producción industrial que consumimos vienen de fuera. Todos deberíamos poder consumir producto de aquí, cultivado aquí de manera agroecológica y con un precio justo. Es un derecho", añade.

Como ejemplo, están los 7 puestos de campesinos y cooperativas que han acercado a Oviedo sus productos. Tilo Martín estudió fotografía, vivió fuera, pero regresó a Villaviciosa, a su casa, y empezó a trabajar en el campo. "Tenemos una finca y cultivamos frutas y hortalizas que vendemos de forma directa. Hay que concienciar a la gente de la importancia de consumir producto local". A su lado, Eider Goñi coloca las cajas de verdura que le quedan. "Somos una cooperativa de Sariego. Cogimos el relevo por jubilación y ahora trabajamos tres personas. Es duro, pero muy gratificante. No utilizamos químicos, ni pesticidas, y eso es fundamental para la salud. Somos una sociedad enferma porque todo lo que compramos en los supermercados está envenenado. Esta es la única forma de saber lo que estás comiendo de verdad". Víctor Montes pertenece a la cooperativa "Integrastur" y a la asociación "Coccu d'lluz", que trabajan en una finca de más de 24.000 metros situada en Fuentes, cerca de Villaviciosa, "para transformar al consumidor, concienciarlo de la necesidad de que mantenga una relación con el medio y las personas que le rodean. Para eso es fundamental consumir productos locales, realizados de manera ecológica y artesanal, y que seamos conscientes del trabajo que supone conseguirlos".