Enrique Cepa está jubilado y acude al Campo San Francisco al menos dos veces al día desde hace años, "aunque llueva o caigan centellas". Según sostiene, el corazón verde de Oviedo "lleva unos años totalmente abandonado" y la "dejadez de los responsables municipales" está provocando que una de las "joyas" de la capital asturiana "se esté echando a perder". Cepa no es el único usuario del parque que exige un plan de choque "para salvar el Campo", ya que varias asociaciones de vecinos del centro de la ciudad y otros asiduos al pulmón verde de la capital ya han dado la voz de alarma para exigir actuaciones inmediatas. "Está claro que los concejales están muy ocupados con sus discusiones en el Ayuntamiento y no salen mucho a pasear por aquí, sólo se dedican a marear la perdiz y a evitar hacerse cargo de los problemas que son importantes", asegura Enrique Cepa mientras descansa junto a otros dos ovetenses en un banco del Paseo del Bombé.
Justo al lado del punto en el que conversan Cepa y sus amigos se encuentra una de las construcciones que más chirría a los ojos de los usuarios del Campo San Francisco. Se trata del quiosco de la música, que permanece rodeado de andamios y con la techumbre convertida en un esqueleto de hierros desde febrero del año pasado a consecuencia de los desencuentros entre la empresa adjudicataria de las obras y el Consistorio. "Esto tienen que solucionarlo cuanto antes. Yo llevo doce años viniendo a diario y la verdad es que da pena ver el quiosco así", afirma Irina Kornyeyeva, que se dedica a la atención de personas mayores. Tampoco le gusta nada la situación en la que se encuentra "La Chucha", el carismático puesto de venta de chucherías. "Con lo bonito que es está lleno de pintadas y en un estado lamentable", denuncia.
Jaime Hevia asegura que el pavimento está dañado en muchos de los caminos del Campo, que hay "socavones", pero lo que más le molesta es la actual situación del parque de perros. "Más que un parque es un recinto que no cuenta ni con los mínimos equipamientos que debe tener un espacio de este tipo. Es como si fuese un Guantánamo para los animales", señala haciendo referencia a la prisión de alta seguridad en la que Estados Unidos retiene sobre todo a los detenidos que son acusados de terrorismo yihadista.
Alberto Collado, que está jubilado y camina a diario por el Campo San Francisco, considera que en el parque "hay cosas que podrían estar mejor", aunque "no es que sea un completo desastre". No obstante, aunque no es muy crítico, también es de los que piensa que el actual estado del quiosco del Bombé está afectando a la imagen del Campo San Francisco. Eso y las pintadas que existen en diversos puntos del espacio natural. "El Ayuntamiento tiene que solucionar el problema con la empresa cuanto antes y acabar el quiosco de la música. Esos andamios dan muy mala imagen", señala. A Marisol León tampoco le gustan los "garabatos" que hay en algunos edificios o zonas del parque "Hay muchas pintadas y algunas cosas rotas, pero la culpa es de la gente que no lo cuida. A veces se arreglan y al día siguiente ya está otra vez igual", dice.
Sabino Santamarta pide equipamientos deportivos "para darle más vida" al Campo San Francisco. "Estaría bien alguna instalación deportiva más, como algún campo de fútbol. Los parques son para jugar y para que disfruten los niños", subraya.
