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Más vigilancia para salvar el Campo

Los usuarios del parque piden seguridad para acabar con el vandalismo, y los expertos en botánica, medidas "contra el deterioro que sufren árboles y plantas"

Más vigilancia para salvar el Campo CRISTIAN VÁZQUEZ

No se puede esperar más. El Campo San Francisco es un emblema de la ciudad y se necesitan actuaciones urgentes para evitar que el deterioro del parque continúe avanzando hasta llevarse por delante un buen pedazo de la historia de Oviedo. A grandes rasgos, esa es la opinión de la mayoría de los los usuarios, paisajistas, expertos en botánica y urbanistas consultados ayer por este diario, que coinciden a la hora de solicitar más vigilancia para evitar los actos vandálicos "que están acabando con el patrimonio arquitectónico y sentimental" del Campo y exigen medidas "contra el deterioro que sufren los árboles y las plantas" del espacio natural.

"Hace tiempo que vengo observando que el Campo San Francisco está de pena", asegura la cronista oficial de Oviedo, Carmen Ruiz-Tilve. "El tiempo no pasa en balde y el Campo necesita una 'manina' de pintura, es decir un esfuerzo importante por aumentar las labores de mantenimiento y la limpieza, entre otras cosas", señala Ruiz-Tilve. La cronista de Oviedo pone como ejemplo la situación en la que se encuentra el quiosco de la música del Paseo del Bombé -rodeado de andamios y sin techo desde febrero del año pasado, cuando comenzaron los desencuentros entre el Ayuntamiento y la empresa adjudicataria de las labores de restauración- o el aspecto actual de "La Chucha", el emblemático puesto de venta de chucherías, que está cerrado y lleno de pintadas. "Todos los ovetenses tenemos parte de nuestra biografía marcada por el Campo. Allí jugamos, paseamos, fuimos a cortejar... El parque es un sitio vivo y conviene que está cuidado", subraya.

Carmen Ruiz-Tilve considera que algunos de los problemas, sobre todo los relacionados "con el vandalismo", se solucionarían con más vigilancia, sobre todo por las noche. La cronista oficial echa de menos figuras como los "Vallaurones", los populares guardas de Parques y Jardines creados por Julio Vallaure Fernández-Peña -concejal y teniente de alcalde entre 1949 y 1958- que velaban por la seguridad. "Algo así sería bueno para evitar problemas, aunque lo mejor sería que la gente se diese cuenta de que hay que tener civismo", sostiene.

Alejandro Vidal Baqueiro es especialista en botánica y hace años elaboró un estudio histórico sobre el Campo para la Asociación de Amigos de la Naturaleza (ANA). "Hay muy poco interés en el parque, hace tiempo que no se mira para él", asegura. En su opinión, "el estado de las plantas y los árboles es cada vez peor, se poda y no se repone, las podas son excesivas y se está acabando con la vegetación". Además, "antes no se veía de un extremo a otro del Campo y ahora no hay casi árboles", dice. También considera que "los caminos y los paseos están mal cuidados", que el aspecto actual del quiosco del Bombé "es una vergüenza" y que "es necesario que vuelva a ponerse seguridad" en el Campo "para evitar que se lleven a cabo ataques contra elementos que forman parte de la identidad de Oviedo". Para Vidal Baqueiro, una de las medidas beneficiosas para el Campo San Francisco sería que fuese declarado Bien de Interés Cultural (BIC). "Nunca se le ha dado al parque el valor que se merece", asegura.

El paisajista José Valdeón también es partidario de cuidar la vegetación del Campo. "Teniendo en cuenta el estado de los árboles, parece un geriátrico. No estoy a favor de las podas drásticas. Es cierto que en algunos puntos hay que tener cuidado con la caída de ramas por el paso de personas, pero hay zonas en las que no molestan y se está machacando el desarrollo natural de algunas especies. Me parece que a veces la tala es un poco obsesiva", señala. En su opinión, "antes la vista se paraba en la vegetación, y ahora el Campo es demasiado diáfano". Además, Valdeón opina que en el parque "hay elementos arquitectónicos que no están suficientemente cuidados y conservados".

Víctor García Oviedo, urbanista, es menos alarmista. "Hay otros problemas mucho más prioritarios en la ciudad", deja claro antes de opinar. Según sostiene, el mayor problema es que "es un parque muy poco parque". Es decir, "es más un lugar de tránsito e invita poco a quedarse". Así, "una de las cosas que tiene que definir el próximo PGOU es si el Campo quiere ser un espacio con equipamientos tipo plaza mediterránea o una zona verde modelo parque anglosajón".

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