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Historias que entran por los ojos

Los fotógrafos asturianos Kela Coto y Álvaro Trabanco unen por primera vez sus fuerzas y su arte en una exposición en Oviedo

Historias que entran por los ojos

"La fotografía no triunfa en Asturias, no se vende". Así de rotunda es la galerista ovetense Arancha Osoro, pero ella sigue empeñada en cambiar esta realidad. Y esta vez cuenta con una alianza poderosa, la de los jóvenes artistas gijoneses Kela Coto y Álvaro Trabanco, que unen por primera vez sus fuerzas y dotes artísticas en una exposición, "Miradas y narrativas", que se puede visitar hasta el 15 de mayo en Oviedo.

Aunque no comparten trayectoria, ni generación, ni momento vital, sus trabajos creativos están conectados y crecen estando juntos. Los dos utilizan su objetivo para contar historias de esas que entran por los ojos y sacuden el interior del receptor, pero sus lenguajes son distintos. Kela Coto (Gijón, 1979) estudió Periodismo en Madrid, pero se especializó en fotografía y desde hace años trabaja de ello entre Gijón y Madrid. "Asturias me da las respuestas y Madrid el dinero para seguir haciéndome preguntas", afirma. Esas respuestas están en las seis fotografías que cuelgan de las paredes de la galería ovetense. Paisajes que muestran la cara más ruda de la naturaleza, impregnados de la luz del norte, y que dejan al espectador petrificado ante ellos. "Me interesa el conflicto, observar y mostrar algo que está en proceso, en desequilibrio, en duda", explica Coto, que se define como una "pintora frustrada". Así, en sus fotografías analógicas de medio y gran formato, las playas, las montañas, los lagos y los bosques se cubren de nieve, de niebla y de soledad, consiguiendo esa belleza inquietante con claro ADN asturiano. "En todo el tiempo que he estado en Madrid no he hecho ni una sola foto. Excepto la foto grande que está en la exposición, pero es un paisaje madrileño con luz asturiana", dice entre risas.

Con una mirada mucho más intimista, Álvaro Trabanco (Gijón, 1991) utiliza las figuras como excusa, como medio para centrar la atención en lo que las rodea. Sus instantáneas digitales no están estudiadas ni bocetadas, pero sí lo parece. Al observarlas, todo está donde tiene que estar; hasta el color, que solo aparece cuando ocupa el papel protagonista en el mensaje. El joven, que estudió Diseño Gráfico en la Escuela Superior de Arte de Asturias, está cursando actualmente un máster en Diseño de Comunicación y Nuevos Media en la Facultad de Bellas Artes de Lisboa. Y es precisamente esa búsqueda de la comunicación y de la narrativa lo que se impone en su trabajo fotográfico, que se convierte en un álbum de historias anónimas que cada espectador podrá hacer suya. Desde el ascenso a una cima que gana la batalla a las brumas hasta un atardecer frente al mar en el que los amarillos vencen por completo al azul.

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