"El grupo se formó en Göppingen, a treinta kilómetros de Stuttgart, la capital de Württemberg, a principios de los sesenta. Tocábamos para los soldados de la base americana. Con el tiempo llegamos a tener hasta unas go-gós", asegura Carlos Ortega Serrano, escritor y músico. El grupo al que hacer referencia son "Los Mitos", que se harían muy famosos a finales de los sesenta en España, donde la banda se refundó y alcanzó bastante éxito. El prefirió quedarse en Alemania, donde tuvo una empresa de restauración de monumentos. "Los Mitos" han quedado muy atrás, pero no deja de recordar con nostalgia aquella época, sobre todo un concierto de los míticos Beatles en Munich. Hace dos años, este asturiano de corazón y mentalidad alemana, al que aún le cuesta encontrar las palabras en español, regresó a su Oviedo natal. Y lo que vio, al menos a nivel político, no le gustó nada. Por eso se puso a escribir un libro, "La España corrupta del siglo XXI", desde el dolor de alguien que se avergüenza de las iniquidades que se ven todos los días en las portadas de los periódicos. "En todos los países del mundo hay corrupción, también en Alemania, pero no a los niveles que hay aquí. Lo nuestro solo es comparable a lo de los rusos", sentencia este hombre, que presentará el volumen -eso sí, al ritmo de los boleros del cantante Francisco Menéndez- mañana sábado, a las nueve y media de la noche, en el cafe-pub Limbo de Matemático Pedrayes. También lo hará en Buenos Aires próximamente.

Ortega ya tiene tres volúmenes de poemas a su espalda ("Incógnita del deseo", "Hechizo de amor" y "Llora el alma") y varios discos, como "Melodías románticas para soñar", en el que muestra el virtuosismo que le llevó a militar en el embrión de "Los Mitos".

"Este país no es democrático, no puede haber democracia en un país con censura. Me considero más alemán que español. No acepto lo que hay aquí, no puedo. Hay una cultura muy baja. Cuando estoy por el norte de Europa nunca digo que soy español, da un poco de vergüenza", dice. "La España corrupta" iban a ser inicialmente unos artículos, pero todo creció exponencialmente. "Habría para una colección", asegura. Ortega bucea en aquella España franquista de la que se marchó para lo que pensaba que eran unas cortas vacaciones. En ella ve la explicación de muchas de las conductas corruptas de hoy. Un libro escrito desde el dolor.