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Colegio El Villar (Trubia)

El futuro de Trubia son los niños

La matrícula escolar de la localidad subió un 60 por ciento en los últimos ocho años con la construcción de viviendas, la autovía y la atracción de la zona rural

Adriana Serrano señalando su autorretrato. Luisma Murias

El futuro de Trubia ya no son las armas, sino los niños. A pesar del declive industrial de la localidad y contra todo pronóstico, la matrícula del colegio El Villar -a las afueras de la antaño villa cañonera- se ha disparado un sesenta por ciento en los últimos ocho años gracias a la construcción de nuevas viviendas, con precios asequibles, la mejora de las comunicaciones con la conexión por autovía con la capital, y también al foco de atracción que ejerce la zona rural como lugar de residencia. Hace ocho años cursaban sus estudios en el colegio de Trubia 95 niños y en la actualidad son ya 160 estudiantes, según los datos facilitados por el director del centro, Manuel Díaz. Además, hay cantera. Este año hay 15 niños matriculados en 1º de Infantil y la previsión es que el próximo año empiecen el cole otros 20 alumnos.

Aún así, el colegio sigue siendo un centro muy cercano donde los 19 docentes que dan clase en Trubia conoce a cada uno de los alumnos. El ambiente es amistoso y familiar, con proyectos transversales en los que colabora toda la comunidad educativa. Por ejemplo, la jefa de estudios, Soraya Rubio, ha coordinado este año un vistoso proyecto en el tramo de Infantil inspirado en la figura de Miró. Los niños han investigado sobre la vida y obra del pintor; saben que nació en Barcelona y que en París conoció a Picasso. Pero, además, han imitado (en miniatura) alguna de sus creaciones "que se parecen mucho al original", comentan, sin desmerecer, por supuesto, al artista. En el hall del colegio han organizado un pequeño museo con tres salas para visitar toda la producción.

En el colegio El Villar de Trubia, al que se accede por la angosta y deteriorada carretera Sama-Grado hay mucho más. Por ejemplo, los niños de 4º de Primaria se han currado este año una "flashmob" (un baile espontáneo con coreografía) con el que participarán en un concurso de Cogersa. Isabel Martínez ha coordinado el baile e incluso ha tenido que comprar los derechos de autor de una base musical. La letra, con frases como "la basura nos invade" la han escrito entre todos. La idea es grabar el baile dentro de unos días y enviar el resultado al concurso.

Relacionado con la gestión de residuos, en el colegio El Villar también cuentan con una patrulla de reciclaje, de la que se encargan los alumnos de 5º de Primaria. Durante quince minutos los alumnos, que se van turnando, salen al patio para vigilar las conductas de sus compañeros respecto a los residuos. "Algún papel tiran al suelo, pero pocos. Lo que más cuesta es acertar con el contenedor de reciclaje correcto", explican los "patrulleros" de la semana: Paloma Fernández, Víctor Álvarez y David Sierra. "Podemos poner multas, pero no lo hacemos, solo avisamos", aseguran. Así, los proyectos de sostenibilidad y salud en los que participa el colegio de Trubia, en colaboración con entidades como la Asociación Española contra el Cáncer, son la "niña bonita" de un centro que puede presumir de estar en sintonía con las necesidades de la sociedad.

Además, el colegio cuenta con una gran biblioteca en la que su coordinador, David Fueyo, se encarga de trabajar no solo la lectura, sino la expresión oral. Por ejemplo, los niños, ayudados de un juego de dados se dedican estos días a ingeniar historias sobre la marcha y contárselas a sus compañeros como un rapsoda griego. La mayoría de las historias tienen una moraleja final que los profesores se encargan de remarcar.

La mayoría de los pequeños estudiantes del colegio de Trubia residen en la villa, aunque otros muchos proceden de pueblos limítrofes como Perlín, Perlavia o San Andrés. Cuando terminan sus estudios en el centro, en sexto, continúan en el instituto de la localidad, el IES Río Trubia, con el que el colegio mantiene un contacto permanente y organiza a menudo jornadas de convivencia o excursiones para que los escolares vayan familiarizándose con sus futuros compañeros.

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