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Los cultivos del Paraíso

Romero, el botiquín del huerto

Romero, el botiquín del huerto

Iba un poco despistado por la calle, se cruzó con una gitana que llevaba colgando una bolsa llena de ramas de romero y que le aga-rro del brazo, comenzó a hablar, a leerle la mano, sin darle tiempo de reacción. Cuando se dio cuenta la gitana le había puesto una ramita de romero en la otra mano, a cambio de la voluntad.

El hombre, algo supersticioso y temeroso, esperó hasta que la gitana terminó de desvelarle lo que le esperaba en la vida, pues había oído que de lo contrario, podía echarle el mal de ojo. Pobre hombre, no aprende. De lo que le dijo no acertó nada.

De nombre científico Rosmarinus officinalis, el romero es endémico de la cuenca mediterránea. Prefiere los terrenos secos, arenosos. No es nada exigente, bueno solo un pequeño detalle, el exceso de agua no le gusta nada, así que en la medida de lo posible intentaremos mantenerlo lejos de la humedad y evitándole terrenos arcillosos. Les aconsejo que lo cultiven sobre suelo, ya que es un arbusto que con el tiempo va adquiriendo cierta envergadura, aunque no solo en el jardín podemos disfrutar de su aroma, también en casa, pues cada vez es más habitual encontrar romeros en huertos urbanos o en macetas en la cocina.

Necesita mucha luz, por lo que ubicarlo en un lugar luminoso es lo más adecuado, o a pleno sol. Aguanta desde elevadas temperaturas a heladas, y con abonar un par de veces al año es suficiente. Ideal para aquellos olvidadizos por sus escasos cuidados.

Su aroma, sus flores y sus infinitas propiedades hacen que sea una planta indispensable en casa. Se pueden hacer podas para eliminar ramas secas o dar un poco de forma. Es una planta muy resistente a plagas y enfermedades, las podredumbres radiculares son un problema cuando hay un exceso de humedad en el suelo.

Otra enfermedad es la alternaria, que se manifiesta por unas manchitas negras en las hojas y suele atacar en lugares con mucha humedad y poco aireados. Y como plagas quizás sean los pulgones los que le dan más problemas, pero con agua jabonosa pueden eliminarse por completo.

Si se animan a cultivar uno sepan que con un pequeño esqueje es suficiente, y que esta época es la indicada, pues estamos en el tiempo en el que las posibilidades de éxito son elevadas.

Les recomiendo esquejes de unos veinte centímetros, semi leñosos, que pondremos a enraizar en una mezcla de arena y turba a partes iguales, manteniendo la humedad. En poco tiempo -unos dos meses aproximadamente- comenzaran a crecer las raíces. También pueden germinarse las semillas, pero es un proceso un poco más lento.

Aparte de darnos olor y color al jardín es una planta con infinitas propiedades. Resulta indispensable en la cocina donde se utiliza para condimentar los guisos.

En cosmética también tiene su lugar. Se emplea para la elaboración de la conocida como Agua de Hungría, un macerado de romero y otras plantas que sirve para mantener la piel en perfecto estado.

Pero creo que lo más importante son las propiedades medicinales que atesora: un puñado de hojitas de romero nos pueden ayudar a solucionar algún que otro problema de salud, unas hojas maceradas en alcohol son ideales para calmar los dolores musculares y de articulaciones. Ayuda a tratar la caída del cabello, insuficiencia hepática, la anemia y enfermedades respiratorias, entre otras.

Compartiré un pequeño secreto con ustedes: la época más idónea para la recolección y secado de hojas y flores, para que mantengan todas sus propiedades, es primavera y verano.

Durante estas dos estaciones recolectaremos el material, lo secaremos en un lugar oscuro y seco, y ya estará listo para utilizar. Se puede guardar en tarros de cristal, alejado de la luz. Si quieren preparar aceite de romero se maceraran las hojas en aceite durante cincuenta días, pasado ese tiempo se cuela, y el aceite estará listo para utilizar.

Otro remedio muy socorrido es el alcohol de romero. Puede hacerse en un tarrito, con hojas secas. Se llena con alcohol y se deja unos cuarenta días, y ya tiene listo el remedio para los golpes. Plantar romero es algo así como tener el botiquín en el jardín.

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