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El esqueleto del futuro PGO plantea una política contra la segregación social

El plan dictaminará que se edifique un 30 por ciento de pisos protegidos en todos los nuevos ámbitos, ya sean más céntricos o más periféricos

Vista aérea de Oviedo, con Uría en primer término y Otero y San Lázaro al fondo. MRW FOTOGRAFÍA AÉREA

Pocas formas de poder son tan extensas e intensas como la de un Ayuntamiento cuando tira líneas sobre el plano de una ciudad y define cuánto se puede edificar (vivienda de precio libre o de precio protegido) en cada porción de suelo. Y no sólo de cara a los intereses económicos de los propietarios de parcelas, o de los agentes promotores de pisos, sino con vistas a que una Corporación municipal ejecute sus ideas o ideales políticos sobre el mismísimo terreno.

Tan vieja como el urbanismo contemporáneo es esa capacidad de hacer política con el suelo y, tras varias semanas de reuniones de los grupos en el Ayuntamiento, Oviedo se halla a punto de encarar la siguiente etapa en la formulación de un nuevo Plan General de Ordenación (PGO). El próximo miércoles se celebrará la última de esas reuniones que con un alto grado de consenso dará paso a la redacción de un pliego de condiciones con el fin de contratar a un equipo de urbanistas y expertos que redacten el avance y el documento de aprobación inicial del futuro Plan.

Los servicios técnicos de Contratación y los de Urbanismo -concejalía que lleva Ignacio Fernández del Páramo (Somos)-, serán los encargados de dicha licitación, pero lo harán según unas pautas políticas.

Puede que de todas ellas, la más significada sea la consigna de crear "tejidos residenciales diversos", una idea propia del urbanismo de la etapa democrática española nacida para combatir desde la Transición en adelante "la segregación social", que se consideraba una de las grandes lacras del régimen franquista.

Dicha política contra la segregación está contenida en el documento que define el esqueleto del futuro PGO y que fue la base de las referidas reuniones entre los grupos municipales.

Oviedo fue espacio fecundo para lo que el geógrafo Sergio Tomé denominó un "modelo de ciudad franquista" en su libro "Oviedo, la formación de la ciudad burguesa 1859-1950". Otro geógrafo, Francisco Quirós Linares, en su estudio sobre "El crecimiento espacial de Oviedo", describía alguno de los procesos de segregación social: "Las colonias se caracterizan, en primer término, por su destino a capas sociales bajas y de ahí que para construirlas se busquen solares de poco precio a causa de su localización cerca de elementos de rechazo (vías de ferrocarril o instalaciones molestas), o bien fincas rústicas a gran distancia del casco urbano". El concepto "colonias", al igual que los de "poblados, bloques o polígonos", era la terminología habitual de la iniciativa pública durante el franquismo, desde la postguerra en adelante (a finales del siglo XIX y comienzos del XX, la expresión utilizada era la de "casas baratas"). Una de esas iniciativas promovida por el Ayuntamiento de Oviedo fue la de "166 viviendas de la Colonia Ceano, en Teatinos, cuyo proyecto se aprobó en 1939, junto al matadero municipal y la vía de Ferrocarriles Económicos, y a unos 250 metros de la antigua carretera de Gijón", según los dato que aporta Quirós Linares en dicha publicación.

Otro caso fue el "las 150 viviendas de la colonia Santa Bárbara, para empleados de la Fábrica de Armas e inauguradas en 1955"; o la "colonia Fozaneldi, que el Instituto Nacional de la Vivienda construyó hacia 1945 sobre terrenos de escaso valor a causa de su situación entre la vía del Vasco y la carretera de Santander".

Pero no sólo la proximidad de infraestructuras abarataba las operaciones oficiales. Por ejemplo, Ventanielles era una zona baja, correspondiente a una vega, pero al mismo tiempo se planificaba el polígono de Buenavista en la zona más alta de la ciudad, y con "un papel en cierto modo semejante al que cumplió el barrio de Uría en el cambio de siglo, es decir, el de un ensanche burgués". Tal era el "papel segregador de la iniciativa oficial".

Volviendo al presente, el esqueleto del futuro PGO atribuye al urbanismo vigente (PGO de 2006) que "afianza la segregación social al concentrar en ámbitos de la periferia y en núcleos urbanos de menor entidad del municipio (San Claudio, o en el límite con Siero), las viviendas de protección -con una cifra de 10.500-, y mediante la delimitación de 16 ámbitos de suelos que se localizan en zonas de menor atractivo por su lejanía del centro de Oviedo y en algún caso por su proximidad a infraestructuras viarias de alto tránsito".

Si se llevaran a cabo, serían "viviendas alejadas de las zonas de mayor calidad residencial, lo cual evita la mezcla y la diversidad social". Contra ello, la política de Somos dice que hay que "caminar hacia una estrategia inclusiva en lo que respecta a la cohesión social, incorporando al menos la reserva mínima del 30 por ciento de vivienda protegida en todos los nuevos ámbitos residenciales que se prevean".

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