Dos comercios de la ciudad han sufrido en los últimos días sendas estafas por lo que la Policía Nacional califica el "falso pedido". La manera de actuar de los estafadores se centra en aprovechar la ausencia del propietario del establecimiento para personarse en el local con un paquete, una factura y exigiendo el cobro de la misma. En la factura únicamente figura un falso sello "Promociones turísticas" de una localidad asturiana. En el caso de que el empleado se muestre reticente la abono, el falso repartidor asegura que únicamente cumple con su trabajo y que el pedido había sido realizado desde el propio local. En los dos casos que afectan a comerciantes de la ciudad la cantidad estafada no superó los 90 euros. El estafador es un varón de entre 38 y 40 años, delgado y de 1.68 de estatura.