José Manuel Viña, el vicario parroquial de la basílica de San Juan el Real, ofició ayer por la tarde el funeral por el médico asturiano Luis Miguel Rodríguez Fernández, que falleció en Oviedo el pasado viernes a los 56 años de edad. Viña alentó a la familia y a sus allegados a mantener la "serenidad en medio del dolor que ha de acompañar de ahora en adelante sus vidas". Hasta la iglesia ovetense se acercaron, además de parientes y amigos, muchos compañeros de profesión de Luis Miguel Rodríguez, entre ellos el ex consejero de Sanidad, Faustino Blanco.

Luis Miguel Rodríguez Fernández ejercía la Medicina como nefrólogo pediátrico en el Hospital de León. Había nacido en Carbayín Alto, en Siero, y estaba casado con la dentista Elena Rubio, con la que tenía dos hijos varones, Miguel, que siguiendo la tradición paterna trabaja como pediatra del hospital Puerta de Hierro de Madrid, y Enrique, biotecnólogo, becado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo.

El sacerdote que ofició la ceremonia, al final de la misa y tras bendecir las cenizas de Luis Miguel Rodríguez, hizo llegar desde el púlpito el agradecimiento de la familia a los asistentes, por acompañarlos en estos momentos. La misa del próximo domingo y el rosario de la semana que viene, indicó Viña antes de despedirse de los fieles que llenaban la iglesia, estarán dedicadas al médico fallecido.

Los restos mortales del nefrólogo reposan desde ayer en la basílica de San Juan, en el columbario en el que fueron depositadas por la familia al acabar la ceremonia fúnebre.

"La vida no es más que una continua despedida", hizo constan José Manuel Viña durante su homilía. El vicario de San Juan invitó a los fieles a refugiarse en la fe para afrontar la "dura realidad del fin de la existencia". "Vida y muerte están enraizadas en cada persona", añadió.

Luis Miguel Rodríguez mantuvo durante los últimos cuatro meses una dura lucha contra la enfermedad. Diagnosticado de pancreatitis, estuvo ingresado en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y en el último mes fue sometido a tres intervenciones quirúrgicas. El fallecido se había licenciado en Medicina en la Universidad de Oviedo. Entre sus amigos será recordado como un hombre cordial y muy discreto: una buena persona. Gozaba del reconocimiento de sus colegas de profesión y sus trabajos son referencia nacional.