Me llamo Óscar Menéndez Díaz, tengo 46 años y soy funcionario del Ayuntamiento de Oviedo desde abril de 1993, más en concreto agente de Policía Local, y quiero manifestar que en mis veintitrés años de profesión tuve multitud de intervenciones con compañeros del cuerpo de Bomberos de Oviedo, con los que se generaron una serie de empatías y simpatías profesionales y personales propias del desempeño de nuestras respectivas profesiones.

Quiero manifestar públicamente mi especial relación con algunos de ellos, como era el caso de Eloy Palacio Alonso, y quiero y siento la necesidad de hacer pública mi decepción y frustración ante la respuesta de determinados responsables de diferentes ámbitos, desde el sindical al profesional y al político, sobre la corrección de trato por la pérdida de la vida de un hombre en acto de servicio.

Una persona que dio lo que cualquier ser humano más aprecia, su vida, y todo aquello que más dolor puede generar a aquellos que le aprecian, y no hablo de compañeros ni de amigos, sino que hablo de su mujer, de sus hijos y demás familia directa.

Como marido y como padre de dos hijos, al igual que Eloy, no me puedo hacer ni idea del dolor y del sufrimiento que puede suponer la pérdida de un ser querido en tales circunstancias, sólo puedo pedir un poco de respeto y de sentido común a aquellos que tienen la capacidad y la potestad de poner sensatez en este sinsentido de declaraciones malintencionadas, de acusaciones con doble sentido y de verdades a medias o, directamente, de mentiras repugnantes. Por favor, un mínimo de dignidad pensando en quien lo dio todo por su profesión, hasta el punto de perder su vida.

Eloy, hoy te toco a ti y mañana puede ser cualquier otro; sólo pido que este lamentable circo y este lamentable trato que estás recibiendo no se repita. Un mínimo de respeto a quien lo dio todo por un servicio público.