"Estaba esperando tu llamado. ¿Cómo te va?". Da igual el tiempo que haya pasado desde la vez anterior. Héctor Alterio (Chacarita, Buenos Aires, 1929) rompe cualquier distancia, incluso la telefónica, en cada nueva conversación. Como si hubiera estado con su interlocutor ayer mismo. Y, en este caso, podría haberse dado el caso. El actor argentino está de gira con "El padre", la "farsa trágica" dirigida por Florian Zeller que llega hoy (20 horas) al Campoamor, después de haber estado hace pocas semanas en Avilés y con visita prevista a Gijón para el próximo día 21. "Asturias siempre es un buen plan. Pasear por sitios maravillosos, estrechar la mano de amigos, disfrutar de una gastronomía fabulosa, y actuar en teatros preciosos, como el Campoamor", afirma el actor argentino en conversación con este periódico. Hijo de inmigrantes napolitanos que recalaron en Argentina, comenzó a hacer sus pinitos interpretativos cuando era un niño. Pero, a pesar de su formación autodidacta, se ha convertido en uno de los rostros fundamentales de la pantalla y los escenarios de todo el país.

Con "El padre", Alterio llega a Oviedo para representar una obra que descansa sobre sus hombros: "Es un texto de un autor joven que está dando la vuelta al mundo. Es una fusión maravillosa de humor y tragedia poco frecuente en teatro. Mi personaje está bordeando el alzhéimer y, como suele pasar, sufren más los que están a su alrededor que él mismo". Alterio lleva más de cuarenta años en España, tras el nacimiento de sus hijos y después de dejar Argentina al sufrir "amenazas de muerte" de un grupo de ultraderecha. "Estaba desamparado y España me tendió la mano, me dio una oportunidad cuando no tenía nada. Llevo aquí casi la mitad de mi vida; este país me lo ha dado todo", afirma el actor.