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A Torrestío para no olvidar

Trescientos descendientes de los vaqueros de alzada de la zona central parten de Las Regueras en la tercera ruta hasta la localidad leonesa

El grupo de caminantes de la ruta vaqueira, ayer, a su paso por Tamargo (Las Regueras). S. ARIAS

El camino de la tradición. Alrededor de 300 descendientes de vaqueros de alzada de Gozón, Llanera y Las Regueras caminan a buen ritmo desde ayer para llegar mañana a Torrestío (León), donde disfrutarán de una comida de hermandad junto a los leoneses, con quienes durante décadas establecieron una estrecha relación al subir el ganado a los pastos de altura en primavera y verano. "Asumiendo el pasado y desde la ilusión, la honradez y la esperanza, vamos a intentar hermanar nuestro ayer con el mañana", afirmó María Teresa Rodríguez, organizadora.

La tercera ruta vaquera ya comenzó el pasado sábado con la travesía entre las brañas de Gozón y Biedes (Las Regueras). Un tramo que se hizo por primera vez en esta edición y que sirvió para que muchos de sus participantes conociesen sus raíces vaqueras. Ayer, el grupo de caminantes salió desde Biedes camino de Proaza y hoy se sumará el grupo que va a caballo, atravesando el puerto de Maravio.

La salida oficial estuvo marcada por la lluvia pero no impidió que los alumnos del colegio público Príncipe de Asturias, de Las Regueras, hiciesen preguntas a los participantes para finalizar su trabajo sobre la alzada vaquera. "Iban caminando porque querían no porque los obligasen, era para llevar las vacas a donde tenían los pastos", comentó Andre Granda. Otra de las cosas que más sorprendió a los chicos fue que se pasaran meses en Torrestío al cuidado del ganado: "Estaban un tiempo y volvían con la casa encima", dijo Juan Pedro Molina.

Bien lo sabe Ismael Xiromo, quien vivió aún siendo pequeño la alzada vaquera a Torrestío con su familia. "Menos los gatos y las gallinas, todos los bichos andando, unas veces iban las vacas delante y otras veces iban detrás, había que frenarlas para que no se cansaran porque en el puerto de Ventana quedaban muchas muertas por el esfuerzo. Quien diga que subía en dos días miente o llegaba sin ganado a Torrestío", afirmó.

En esta ocasión, Xiromo no alza los animales, se encarga del coche escoba y el botiquín de primeros auxilios, que incluye una camilla hecha a mano por él mismo. "Antes no había teléfono de emergencias y se arreglaban como podían, si alguno retuerce el pie puede seguir el camino que lo llevamos en la camilla", sentencia.

La ruta vaquera cuenta con una calculada infraestructura y logística para que no falte de nada. Así es que Ramón Luis Argüelles recorre en furgoneta la travesía con alrededor de mil litros de bebida, algunas mochilas para quitar peso a los caminantes y es el encargado de los picnics que ofrecen los ayuntamientos por donde pasa la ruta de alzada. "Aquí está todo lo necesario, no falta de nada", precisó señalando la furgoneta llena de bebida.

Si hay coche escoba y furgón de avituallamiento no podía faltar el vehículo guía, donde Selita Díaz y Nori Alonso van marcando el ritmo de la marcha. Y ayer iban a fuego atravesando el concejo de Las Regueras. "Hay que ir a buen ritmo, no parar", decía un caminante.

En la salida también estaba el director general de Turismo del Principado, Julio Zapico, quien destacó el potencial turístico de la ruta vaqueira. Y prometió dar pasos junto a los caminantes el próximo año. "Tenéis que perdonarme, hoy no vengo con la ropa más adecuada", bromeó.

Hoy, los herederos de los vaqueros saldrán desde Proaza con destino Teverga, donde habrá una mesa redonda sobre la alzada dirigida por el cronista oficial del concejo y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, Celso Peyroux. También disfrutarán de una obra de teatro con el grupo "Corazones jóvenes de Teverga". Pasado mañana, domingo, afrontarán la subida al puerto Ventana, donde los vaqueros eran ayudados por los vecinos de la parroquia tevergana de Páramo para pasar el ganado por un paso estrecho lleno de nieve. Arriba les esperaban los pastos que engordaban el ganado. Ahora, en Torrestío hay comida y fiesta para no olvidar.

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