El Juzgado de lo Penal número 4 ha condenado a tres años y medio de cárcel al joven que le robó el teléfono móvil a un niño de 13 años en la avenida Aureliano San Román, en Pumarín, el 27 de abril cuando iba al Instituto de Pando. El ladrón aceptó la pena durante el juicio rápido que se celebró el jueves y en el que el Fiscal solicitaba una condena de cinco años por robo con intimidación y reincidencia ya que el asaltante posee numerosos antecedentes por delitos similares.

La Policía Local socorrió al menor en plena calle hacia las 8.15 horas al verlo muy asustado junto a una profesora de su centro educativo minutos después de haber sufrido el asalto. El chico facilitó una pormenorizada descripción de dos jóvenes que se le habían acercado cuando se dirigía al Instituto de Pando. Al parecer, uno de ellos le insultó, le empujó contra la pared y le exigió dinero antes de quitarle el teléfono, e incluso amenazó por el camino a otros adolescentes que también iban a clase. Los agentes localizaron y detuvieron a los dos jóvenes apenas un cuarto de hora más tarde en el entorno. En concreto, cerca del colegio Inmaculada.

El Juzgado de guardia número 1 ordenó el ingreso provisional en Villabona del asaltante, de 29 años y origen rumano, pero el segundo detenido tras el robo quedó en libertad después de que el menor le exculpara al asegurar que no había participado en el robo, ni le había amenazado.

Ambos jóvenes tienen la misma edad, y poseen antecedentes por hechos parecidos en el concejo. Y el condenado tiene una condena pendiente.

El robo de teléfonos móviles a menores de edad también ha puesto en jaque a la Policía Nacional en los últimos meses.

Un niño de 13 años es el líder de una banda organizada de ladrones formada por chavales bastante más mayores que él que se dedica a hurtar carteras y móviles los fines de semana en la calle del Rosal y el casco antiguo. Así lo aseguran los agentes, cansados de seguirle la pista inútilmente por dos razones. La primera es que al tener menos de 14 años es inimputable, es decir, carece de responsabilidad penal y por tanto no se le considera autor de delito alguno. De hecho, la legislación indica que las medidas correctivas deben limitarse al ámbito educativo y familiar. La segunda razón es que suele pasarle la mercancía a sus compañeros y salir de rositas. El chaval, de origen rumano y que siempre va muy bien vestido, el conocido en el Antiguo y tiene una intensa actividad en las redes sociales, donde alardea de su s actos e incluso planea encuentros con sus compinches.