Con "La víspera de casi todo", Víctor del Árbol se alzó el pasado mes de enero con el premio "Nadal". Sus novelas aparecen catalogadas como de género negro y con arrasa con ellas en Francia, donde le han dado el Premio a la Mejor Novela Negra Europea. Ayer estuvo en Libroviedo.

-¿De acuerdo con que se le clasifique como autor de novela negra?

-Yo busco crear mi propio universo y es una novela muy trasversal: tiene algo de novela negra, del thriller, de novela psicológica. Más que el argumento me interesan los trasfondos, lo que quiero decir.

-El género negro es bueno para la crítica social.

-La novela negra es heredera de un género muy español que es la novela realista. La novela negra se centra mucho en la crítica social y a mí me interesa más la crítica de la condición humana.

-En medio de la parafernalia mediática, ¿hay sitio para la literatura?

-Sí, pero no hay que dejarse llevar por los cantos de sirena. La literatura para mí tiene una cualidad, que es la lentitud, como trabajo introspectivo de creación, artesanal y que requiere tiempo y desde la lectura, íntima. Lo que ocurre es que ahora no tenemos tiempo para todo. Yo voy a contar cosas que requieren un trabajo de introspección. El lector que yo busco es el que valora que al cerrar un libro algo haya cambiado en él, un prejuicio, una opinión. Yo valoro mucho la literatura espejo, más que la literatura testigo.