Ya está acostumbrado el alcalde de Oviedo a convivir en un trío difícil de gobernar. Por eso, ayer, cuando le informaron pasadas las tres de la tarde de la última idea que acababa de lanzar el partido del podemismo en la ciudad, no se sintió desautorizado ni puenteado. Sí le incomoda que este tipo de salidas puedan transmitir la imagen de un gobierno poco riguroso en el que cada uno va por libre. A sus años, con experiencia en la vida y en la política -a pesar del largo paréntesis en la segunda fila-, no le importó haber estado unos minutos antes haciendo declaraciones sobre El Asturcón sin referencias a la nueva idea de Somos. Sí le enfada el qué dirán, porque quedó claro que de aquello, él no sabía nada. No sabía Wenceslao López que Fernando Villacampa, el flamante concejal de Deportes, iba a hacer de outsider y fijar la posición de su partido sobre un centro ecuestre en las últimas horas de una historia sin final feliz.
No sabía Wenceslao López que el partido de Ana Taboada quiere convertir El Asturcón en "la puerta del Naranco" y montar allí un equipamiento de usos mixtos enfocado al deporte y al ocio vinculado a la naturaleza. No lo sabía el Alcalde ni tampoco el otro socio de Gobierno, IU. Ninguno de los dos, ni socialistas ni comunistas quiso comentar la idea. Queda por ver de cuándo viene esa iniciativa y hasta qué punto está trabajada. Pero que los socios de gobierno desconocían esta salida es un realidad.
A la vista de que Villacampa aportó apenas unas pinceladas del plan y de que este movimiento nunca había sido comentado entre el gobierno, en el seno del tripartito no faltan los que hacen una lectura más política que práctica. Crece la idea de que el paso adelante respecto a El Asturcón es un movimiento para recuperar el control político de la concejalía de Deportes y promocionar a Fernando Villacampa, hasta ahora integrado en el grupo municipal pero sin competencias. Hace un par de semanas tomó la delegación en Deportes que había tenido desde el inicio del mandato Mercedes González. Era un área que se le estaba resistiendo a Somos y en la que parecía que el Alcalde brillaba más que ellos. De hecho, Wenceslao López está volcado en el intento de solucionar el cierre de El Asturcón, una tarea en la que los podemistas le habían dejado hacer, convencidos (acertadamente) de que lo de los caballos tenía poco arreglo y solo llevaría al Alcalde a un callejón sin salida.
También Wenceslao López oscureció a los de Somos cuando hubo que hablar del Carlos Tartiere y fue él mismo quien anunció que habría dinero para poner a punto el estadio y que la relación entre el Oviedo y el Ayuntamiento debía ser fluida. Somos se vio eclipsado en el apartado deportivo y entonces decidió mover el banquillo y poner a los reservas a jugar. De momento, con lo de ayer, el hombre de refresco, Villacampa, ya ha disparado a la portería con intención. Veremos si con acierto
