La feria de la Ascensión movió en total unas 2.000 cabezas de ganado, pero es la especie equina la que le da más relevancia. De hecho, por el polígono de Olloniego-Tudela pasaron 1.583 caballos y, según manifestaron sobre el terreno los especialistas, en España sólo la extremeña feria de Zafra mueve tantos animales. El recuento se completa con 54 potros, 99 asnos, 96 vacas, 32 terneros, 25 cabezas de ovinos, 22 de caprino y 3 cerdos.

Con estas cifras, los ganaderos se dan por satisfechos, porque quien más y quien menos ha hecho negocio. Lo espacioso del recinto fue la característica que recogió mayores elogios, aunque para muchos sería conveniente contar con otras instalaciones. "Es muy amplio, pero hace falta una parte cubierta para cuando llueva", afirma el ganadero Ángel Iglesias. Según dice, sería especialmente indicada para las vacas, que resisten peor las inclemencias del tiempo. Un clima que, salvo a primera hora del viernes, respetó el desarrollo de la feria, con sol y buena temperatura.

Los expositores de material agrícola y ganadero son de los que han salido ganando con el cambio. En Llanera estaban algo encajonados, todo lo contrario que en el regreso de la Ascensión al municipio de Oviedo. Ignacio Casado, el más joven de todos ellos y la tercera generación de empresarios del sector en su familia, es ya un habitual de la feria. Ayer estaba muy contento por el cambio de ubicación del certamen. "Las comunicaciones son muy buenas, y para maniobrar con la maquinaria el recinto es muy cómodo. Para nosotros mejor que el de Llanera, y también más amplio. Qué más podemos pedir", afirmó.

Aparcamiento gratuito

Además de los buenos accesos, el aparcamiento gratuito fue muy valorado. Grandes espacios sin coste para el automovilista, al contrario de lo que sucedía en Llanera. Así lo comentaban María Aurora Sánchez y Jaime Santoveña, que acudían con dos niños pequeños. Desde Oviedo fueron cientos las personas que llegaron gracias al servicio de autobuses que preparó el Ayuntamiento desde varios puntos de la ciudad. María Antonia Mier y su marido, Daniel Vidal, aplaudían la medida mientras precisaban que ellos habían llegado en bus "desde La Corredoria".