La cronista oficial de Oviedo, Carmen Ruiz-Tilve, fue nombrada ayer socia de honor de la Sociedad Protectora de la Balesquida en el transcurso de un acto en el teatro Filarmónica. Ella agradeció la distinción y destacó la importancia de pertenecer a esta sociedad: "Ser balesquido es importante si somos ovetenses de nacimiento, porque por poco dinero supone pertenecer a la sociedad más antigua de España, y como consecuencia de Europa y también del mundo", argumentó, a la vez que rememoró sus orígenes: "La sociedad no ha pasado nunca a mejor vida desde el siglo XIII. Esta ciudad estaba cansada, casi muerta, y un grupo de valerosos decidieron darle vida; de ahí venimos nosotros".

Con su chispa habitual, Carmen Ruiz-Tilve explicó al público que la escuchaba en el teatro Filarmónica que a sus 75 años ya escribió y habló mucho, y que "no es que esté cansada, pero...". Así que prefirió que hablasen los recuerdos. Sacó del bolso un folleto -"yo soy mucho de papeles", bromeó la autora durante 20 años en estas páginas la serie "Pliegos de cordel"- que resultó ser un boletín de la Balesquida del año 1976. De su contenido, lo que más le interesó fueron los anuncios. "Los folletos de la sociedad van ganando en interés para la investigación y para el recuerdo. En este boletín aparecen tiendas de Oviedo que parecían eternas pero no lo eran. De todas las que se anuncian aquí solo dos permanecen abiertas", manifestó con tristeza. "Oviedo siempre estuvo vinculada al mundo comercial y la gente de la provincia venía más a Oviedo para comprar al guaje una gabardina para el otoño que a ver la Cámara Santa", señaló. Leyó el nombre de todas las tiendas mientras el público asentía con su cabeza al recordar. "¡Cuántos cadáveres emocionales nos vamos encontrando!", señaló Ruiz-Tilve.

El encargado de glosar la figura de la cronista oficial de Oviedo fue Javier Gómez Tuñón, también socio de la Balesquida, quien destacó el carácter optimista de Carmen Ruiz-Tilve y su mirada "limpia y siempre curiosa". Así que le pidió que sus "hermosos y expresivos ojos sigan siendo faro, guía y alarma de esta ciudad, que en algunos momentos parece confusa". Terminó dándole las gracias "por querer tanto a Oviedo".

Un concierto de la Capilla polifónica "Ciudad de Oviedo" despidió los actos del día del socio de la Balesquieda.