El enorme poderío, pero también las limitaciones de la genética fueron puestas ayer de relieve por el científico ovetense Carlos López-Fanjul de Argüelles, catedrático emérito de Genética de la Universidad Complutense de Madrid. La conferencia que pronunció en la capital del Principado concluyó con una aseveración que merece ser leída con calma y tenida muy en cuenta: "No todo está en unos genes a los que suelen atribuirse poderes omnímodos. Por el contrario, la base hereditaria de una enfermedad puede ser débil y, aunque se conocieran todos los genes implicados, los principales causantes del riesgo serían factores ambientales como la dieta, el ejercicio, la adicción al tabaco y muchos otros cuya oportuna corrección determinaría la terapia pertinente".

Carlos López-Fanjul dictó una charla en la Real Academia de Medicina del Principado, entidad de la que es miembro correspondiente. Fue presentado por el médico y académico de número Jaime Martínez González del Río, quien destacó el nivel de sus publicaciones en el ámbito de la genética cuantitativa. El ponente es, además, doctor Ingeniero Agrónomo, doctor en Filosofía y doctor en Ciencias.

Titulada "La genética de los caracteres complejos", la ponencia del experto constituyó una eficaz puesta al día de los avances en su ámbito de especialización. López-Fanjul combinó postulados más generales con implicaciones concretas: "El número de genes implicados en la expresión de un determinado síntoma suele ser muy elevado y, por esta razón, no es nada fácil evaluar la magnitud de sus efectos individuales, por no hablar de las pertinentes interacciones entre ellos", señaló.

Y agregó como ejemplo: "Los 50 genes hasta ahora conocidos con efecto sobre la estatura humana y los 71 factores asociados a la enfermedad de Crohn sólo dan cuenta, respectivamente, de un 5 por ciento o un 21 por ciento de la variación genética poblacional de estos rasgos, es decir, de una modesta porción del total".

En lo tocante a la salud humana, señaló el catedrático ovetense, el rastreo de factores genéticos de riesgo se presenta como el requisito previo al posterior desarrollo de terapias génicas, que permitirían la sustitución del gen defectuoso por su alternativa funcional, y de la llamada medicina genética individualizada, que haría posible el diseño a medida de fármacos a la luz de la información contenida en el genoma del paciente. "Sin embargo -enfatizó- el largo camino que va desde la acción génica primaria hasta la enfermedad es, por lo común, extremamente tortuoso".

Una enfermedad en la que se plasman las consideraciones de Carlos López-Fanjul es la fibrosis quística, "una dolencia de base monogénica sufrida por uno de cada 3.000 europeos recién nacidos". "Por más que sea posible detectar la presencia del gen defectuoso en el feto, la terapia génica aun no es factible", indicó. Con todo, y pese a que el potencial de los genes recién descubiertos para ser utilizados como dianas terapéuticas es difuso y sólo ha podido ser utilizado en unos pocos casos (generalmente enfermedades autoinmunes y no metabólicas), "esto no es óbice para seguir intentándolo", matizó.

Como corolario, el conferenciante señaló que "aunque la incorporación de técnicas moleculares es prácticamente imprescindible en cualquier investigación genética actual y la información que proporcionan suele ser muy útil, esto no significa que la solución de muchos problemas, entre ellos los sanitarios, esté a la vuelta de la esquina".