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Operarse al ritmo de "Fito y los Fitipaldis"

Los cirujanos asturianos amenizan las horas de quirófano con música barroca y ópera, pero también con pop y jazz

Operarse al ritmo de "Fito y los Fitipaldis"

Carlos Suárez Nieto, durante largo tiempo jefe del servicio de otorrino del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), fue uno de los pioneros en comprar un reproductor de música para amenizar las largas horas de trabajo en el quirófano. "Debió de ser a finales de los años ochenta. Yo solía llevar un repertorio bastante variado, aunque predominaba la música clásica", explica este melómano confeso. Fernando Seijo, neurocirujano, explica que en los momentos críticos de una intervención quirúrgica "se evita cualquier tipo de ruido, se apaga todo; se crea un clima de tensión y en el quirófano no se mueve ni una mosca". También suele hacerse el silencio en el caso de operaciones en las que el paciente está sometido a anestesia local, puede oír y se deduce que la música puede resultarle molesta o darle una sensación de poca seriedad. José Luis Álvarez-Cofiño, cirujano cardiotorácico, apuesta por temas clásicos "no muy efectistas, en la línea de los barrocos, por ejemplo Vivaldi. La música barroca encaja perfectamente", subraya.

Hay médicos que pasan buena parte de su jornada laboral en un espacio cerrado llamado quirófano. Hay operaciones muy largas, que pueden prolongarse ocho, diez o más horas. Carlos Suárez cita un estudio realizado hace años en los espacios quirúrgicos. "Se hizo una encuesta entre cirujanos acerca de los efectos de la música sobre el estrés, y se concluyó que la música reducía los parámetros de estrés de los cirujanos y que la máxima reducción de estrés se producía con la música que les gustaba, con independencia de que fuera clásica o rock duro", señala el ex jefe de otorrino del HUCA.

Los quirófanos del complejo hospitalario ovetense no están dotados propiamente de hilo musical, pero sí de un equipo informático que permite a los trabajadores llevar sus temas favoritos en un lápiz de memoria. "En el viejo HUCA habíamos llegado a hacer una colecta para una radio", relata Fernando Seijo.

Los gustos son variados. El doctor Seijo opta por el "smooth jazz" (jazz suave) o por la música clásica. Según su experiencia, el momento más propicio es "cuando el proceso quirúrgico ya está encauzado y el trabajo es más rutinario y mecánico". O también, indica José Luis Álvarez-Cofiño (jubilado de la sanidad pública y que actualmente opera en el Centro Médico de Asturias), en "la fase inicial de la cirugía", por lo general más sencilla, que en el caso de su especialidad corresponde a la apertura del tórax o del abdomen.

El urólogo Miguel Hevia no es de los que siempre "mete ficha" en el apartado musical, pero cuando puede cuela sus favoritos, que son arias de ópera de compositores como Verdi -le gusta especialmente el "Ritorna vincitor", de "Aida"-, Puccini ("Turandot") o Donizetti. "En la lista de reproducción hay un poco de todo, pero prolifera la música tranquila y suave; el pop suena menos", indica el doctor Hevia.

No obstante, no siempre se dan las condiciones para que la música suene. Fernando Seijo practica abundante cirugía con anestesia local en la que a menudo necesita mantener un diálogo con el paciente. "Tengo la impresión de que casi nadie recurre a música fuerte", señala el doctor Seijo.

En tono jocoso, Carlos Suárez afirma que se siente "fracasado" como difusor en el HUCA de lo que considera el buen gusto musical. "En operaciones largas, yo entraba al quirófano y me encontraba sonando a Fito y Los Fitipaldis, los 40 Principales, pop-rock...". Él se esforzaba por ensanchar el catálogo de gustos. "Llevaba desde música antigua a contemporánea, generalmente lo último que había comprado, o también música étnica de distintos países a los que viajaba", comenta. Pero a la hora de la verdad "sonaban rancheras, rap... de todo un poco". ¿Quién toma las decisiones? "El cirujano es un poco el que manda, pero suele haber quórum", afirma Fernando Seijo.

José Luis Álvarez-Cofiño es de los que ya recurría a la música en su etapa de estudiante. "Mi favorita siempre ha sido la ópera, soy muy aficionado. Hay muchas arias bonitas y relajantes". En su ejercicio profesional, "siempre opto por la ópera y la música barroca, pero hay colegas que prefieren jazz o el vallenato". En todo caso, precisa el cirujano cardiotorácico, "creo que la gente no opera mucho con música: tienes que estar a lo que estás, comunicarte con el resto del equipo, y si la cosa se pone difícil bajas el volumen o directamente la quitas".

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