Un concierto sin normas, sin encorsetamientos, en el que la única premisa era la de pasárselo bien gracias a la música. Y las expectativas se superaron con creces, entre los asistentes y entre los protagonistas. Adrián Martín, el niño malagueño de 11 años que lucha contra su hidrocefalia, arrancó las palmas, las lágrimas y los piropos del público del Campoamor con sus emotivos "quejíos" y su flamenco de corazón, en el concierto solidario en favor de los niños con parálisis cerebral que organizó la Asociación de Ayuda a Personas con Parálisis Cerebral (Aspace), en colaboración con la Fundación Cultural Don Pelayo.

A este pequeño genio musical el flamenco le sale del alma y por eso consigue controlar su cuerpo y sacar de él cosas impensables para los médicos que le trataron desde que nació. Por eso, para muchas asistentes fue imposible contener las lágrimas al verle dar palmas, mover su cabeza al ritmo de las guitarras y mirar al cielo en señal de gratitud. Y es que su genialidad sigue sorprendiendo hasta a su madre. "Yo no soy muy llorona, pero verle ahí, en un escenario como este, con esa felicidad, es una sensación que encoge el corazón", aseguró Toñi Vega. Fue el último en salir al escenario, pero se convirtió en la estrella. Con temas como "Qué bonito" o "Color esperanza" levantó a la gente de los palcos y los brazos del patio de butacas. Un cariño que agradeció con varios saludos, abrazos espontáneos a todos aquellos con los que se cruzaba en el escenario y un "nos vemos la próxima semana" que arrancó las risas del público. "Estaba algo nervioso. Cuando llegó al camerino, me dijo: 'mamá, ¿estoy aquí porque soy un artista?'. Y le dije: claro, tú tienes que estar tranquilito y cantarle a la gente como sabes. Él lo disfruta tanto y hace algo tan increíble, que me parece mentira que sea mi hijo", añadió Vega.

Pero Adrián, aunque fue protagonista, no fue el único. El peso del concierto recayó en la soprano Tina Gutiérrez, que deleitó al público con temas como "Lucía", "No llores por mí Argentina", una versión del "Rien de rien" en español de Edith Piaf y dos temas escritos por Manolo Díaz. A continuación, salió a escena el tenor Gonzalo Quirós, que se arrancó con el "Te quiero, dijiste" de Rigo Tovar y un "O sole mio" que cosechó una gran ovación. Con el piano y el cuarteto de cuerda de la Fundación Don Pelayo de fondo, Gutiérrez y Díaz unieron sus voces en el "Por ti volare" de Andrea Bocelli para dejar en manos de Adrián el cierre de la cita. Un concierto en el que la música volvió a demostrar que es el lenguaje universal.