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Daniel García Rodríguez | Gestor hotelero y novelista

"Oviedo emprendió una transformación pionera y fue modelo para otros lugares"

"La ciudad necesita ahora actividades que la hagan atractiva para los turistas y para los propios ovetenses"

Daniel García. cristian vázquez

Daniel García Rodríguez es uno de esos ovetenses que aunque no nació en la ciudad (vino al mundo en Ortiguera, Coaña, en 1972), se siente totalmente parte del entorno urbano en el que reside desde 1991. Dirige un hotel, el objetivo que se marcó cuando veía la serie "Hotel" y hace poco más de un año se estrenó como novelista, con "Casual", una ficción en tono de comedia romántica y fresca.

Un niño de mar que recaló en tierra. "Nací el 19 de enero de 1972, en Ortiguera. Soy el tercero de cuatro hermanos, dos chicos y una chica. Mi padre navegaba en la marina mercante y mi madre se dedicaba a sacar adelante una casa con cuatro hijos. Crecer en un pueblo te da una calidad de vida impagable. Ir al monte a jugar a las películas del Oeste; bucear y coger pulpos a mano (cuando aún se podía hacer); salir al mar a recoger las redes con el primero que te llevaba en su lancha, o simplemente disfrutar de los juegos en grupo en la calle, son experiencias que muchos niños no pueden vivir en una ciudad. Estábamos repartidos por barrios, nuestro grupo hacía más vida en la zona del puerto, en el Ribeiro, pero a medida que fuimos creciendo nos juntábamos todos y unas veces íbamos al faro, en el cabo San Agustín, o quedábamos en el parque. Eran años muy felices, lo pasábamos bien. Luego ya vino la etapa del instituto, el primer año en Navia y el resto en Tapia. Las prioridades eran otras".

Independiente y tenaz. "Siempre fui bastante independiente y quise empezar a trabajar pronto, a la vez que estudiaba, para poder pagarme mis gastos de ocio. Con 16 años hice mis primeros pinitos como camarero, en Navia. Con los primeros salarios me compré un equipo de música compacto que aún conservo. Desde que había visto la serie "Hotel" en televisión tenía la idea de prepararme para llegar a ser director de hotel. Quería ser igual que su protagonista Peter McDermont. Una presentación de la Escuela de Turismo de Oviedo en mi instituto me marcó el camino. Con 19 años, y con la ayuda económica de mis padres y el apoyo de mi novia (mi actual mujer) y su familia, me vine a Oviedo para estudiar Técnico en Empresas y Actividades Turísticas.

Acogedora e interesante. "Oviedo, que por aquellos años estaba iniciando su gran transformación física, me resultó muy acogedora e interesante, y con toda la colaboración que tenía me sentía como en casa. Cuando acabé la carrera, en el 94, enseguida empecé a trabajar en el hotel que era de mis queridos hermanos Cantón, con una gran plantilla, que era más bien una gran familia. Los siete años que pasé en esa empresa fueron una autentica formación en todos los sentidos, en lo laboral y sobre todo en lo personal. Pese a que he cambiado de compañía hotelera no me he tenido que mover de Oviedo, hasta ahora. Eso, en este sector, es un lujo".

La familia, el apoyo más firme. "En 1996, me casé con Marisa, mi novia desde los dieciocho años. Es de Boal y parte de su familia vive en Oviedo. En 1998, nació nuestra hija, María, ovetense y urbana al cien por cien. Este año comenzará sus estudios universitarios. Estamos en una ciudad con un tamaño ideal, buena calidad de vida y muy limpia. Tenemos nuestro trabajo aquí, nuestros amigos y parte de nuestra familia. Creo que en mi trayectoria se han mezclado a partes iguales formación, empeño personal; apoyo familiar, de amigos y por parte de mi cadena hotelera; la Escuela de Turismo, ahora Facultad de Turismo de Oviedo, y una buena dosis de suerte. Trabajar como director de hotel en una ciudad como Oviedo, con colegas directores que son más amigos que competencia directa, te facilita mucho las cosas. No quiero olvidarme de mis diferentes cargos en las asociaciones del sector. El gran trabajo que los presidentes y directivos de las diferentes asociaciones realizan es desconocido incluso para los asociados, y por supuesto no está valorado".

Esa interesante mezcla de modernidad y tradición. "Oviedo cuenta con un abanico muy amplio de posibilidades: culturales, religiosas e históricas, que a priori deberían situarla dentro de las ciudades top en el panorama nacional. Es una ciudad bien ubicada dentro de Asturias, que hace años emprendió una transformación pionera y que fue modelo para otras muchas. Ha combinado modernidad y tradición; se ha ganado fama de limpia y segura y cuenta con equipamientos envidiables. La ciudad necesita actividades que la hagan atractiva para turistas y ovetenses. Los equipamientos, que deberían ser una inversión, se han convertido en un coste insoportable, por la falta de actividad. Hace años que reclamamos una sociedad mixta, en la que gobierno local y empresarios marquen las pautas y un plan estratégico de turismo. Si logramos eso, tendremos mucho camino andado. Ahora mismo, cada uno hacemos la guerra por nuestra cuenta y se ve una inmediatez en las decisiones".

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