Ha sido el Martes de Campo más multitudinario y diversificado que se recuerda. Miles de ovetenses han participado este mediodía en la fiesta del bollu preñau de La Balesquida. Los comensales se han repartido por numerosos espacios de la ciudad: el Campo San Francisco, los parques de Invierno y de Purificación Tomás, y los barrios de Buenavista, Ventanielles, Guillén Lafuerza y Oviedo Antiguo.

Las familias y los grupos de amigos han dado buena cuenta de los bollos preñaos y las botellas de vino. La meteorología (un día nublado y fresco) no empañó la fiesta. Más de seis mil bollos y botellas de vino fueron repartidos a lo largo de la mañana en el paseo del Bombé del Campo San Francisco. A esta cifra hay que sumar el incalculable número de bollos preñaos, empanadas, pasteles... que se han vendido por toda la ciudad.

Los jóvenes tuvieron un protagonismo importante. Desde poco después de las diez de la mañana empezaron a llegar a los parques, en grupos cargados de bolsas con abundancia de calimocho y poca comida. La media de los participantes apenas alcanzaba la mayoría de edad.

Los discursos de los políticos municipales han girado en torno a los más de 60 de millones de euros a los que se ha elevado el coste de la expropiación del palacete de Villa Magdalena.

El centro de operaciones de este festejo, que hunde sus raíces en el siglo XIII para agradecer la donación efectuada por doña Velasquita Giráldez al gremio de sastres ovetense, lleva siendo durante décadas el Campo San Francisco. Aunque en los últimos años parte del flujo de la celebración -sobre todo entre los más jóvenes- se ha dirigido hacia el parque de Purificación Tomás situado en una de las laderas del Naranco. Este año ha llegado a otras latitudes de la ciudad, en algunos casos con una cara intencionalidad política.