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VICENTE MONTES NOGALES | Doctor en Filología Francesa, investigador y africanista

"África sólo interesa a los europeos cuando lo que ocurre allí les afecta"

"Las mujeres son las protagonistas desconocidas del continente, y cada vez más alzan la voz para reclamar derechos"

El africanista Vicente Montes Nogales, durante una conferencia en Oviedo.

-¿Cómo se pude poner uno en la piel de un africano para entender su realidad?

-¿De qué africano? ¿Del rico, del pobre, del maliense, del sudafricano, del bambara que deja su país a bordo de una patera o del empresario que compra un billete de avión para emprender negocios en otro país? Si se refiere al africano que emprende un viaje en busca del Dorado europeo, no podemos ponernos en su lugar. Tiene todo mi respeto y goza de mi admiración.

Vicente Montes Nogales es directo, sincero y un verdadero defensor del poder y la importancia de la cultura africana en el mundo. Profesor en la Facultad de Turismo de Oviedo, doctor en Filología Francesa e integrante de la Asociación Española de Africanistas, está realizando en la actualidad un proyecto de investigación en el Instituto Cervantes, mediante el que analiza la literatura oral africana producida en español. "Si algo puedo hacer yo por África es decir a quien me escuche que la cultura en ese continente es desde hace siglos muy rica". Viajó por primera vez a la zona de occidental de país hace 16 años y, desde aquel momento, dedica una parte importante de su tiempo a acercar la realidad cultural y social de ese territorio a sus alumnos y a diferentes colectivos. Como hará en la próxima semana en diferentes actividades, organizadas en colaboración con la Fundación Pájaro Azul, con motivo de la celebración del Día de África que se conmemora el 25 de mayo.

-¿Cómo es la situación actual de África?

-Es un vasto territorio, en el que destaca una evidente pluralidad étnica, lingüística, económica y política. También religiosa, evidentemente, pues islam, cristianismo y animismo conviven en un gran número de países.

-En los últimos años, el terrorismo se ha cebado con este continente. ¿Cómo se vive allí esta situación?

-Con temor, pero no sólo en África, sino también entre el colectivo africano que reside en Europa. Debido a mis investigaciones sobre la literatura africana, mis contactos con los africanos son muy frecuentes. Para la mayoría de los africanos musulmanes, el terrorismo se vive como una agresión a su religión, me recuerdan a menudo que es un dogma de paz. Ya desde hace décadas algunos individuos, interpretando mal esta creencia religiosa, combaten en algunos países de África occidental los símbolos tradicionales animistas. Determinados tambores ancestrales y las máscaras han sido destruidos, lamentablemente. Con el paso de los años, el odio ha aumentado, y de la destrucción de los símbolos se ha pasado a matar.

-¿Por qué el primer mundo no se ha interesado hasta ahora por esa problemática?

-África interesa muy poco a Europa, únicamente atrae la atención de la mayor parte de los europeos cuando lo que sucede al otro lado del mar les afecta. Sentir próximo el terrorismo nos hace sentirnos posibles víctimas. No vivimos un atentado en las capitales europeas de la misma manera que cuando los medios de comunicación nos transmiten que se ha producido en África. Somos conscientes cuando el peligro está cerca. Pero las principales víctimas del terrorismo no están en Europa.

-¿Y hay solución?

-Hay muchos motivos que dificultan combatir el terrorismo y que favorecen su propagación en África. Geográficos, por los extensísimos territorios al sur del Sáhara despoblados, que hacen difíciles los controles de la población o de las fronteras; económicos, ya que las débiles economías de las naciones no les permiten combatir solos el yihadismo; políticos, pues los jóvenes se sienten excluidos de los intereses de muchos de sus políticos, ocupados a menudo en incrementar sus fortunas, de modo que el discurso radical encuentra en esta exclusión de los jóvenes y en esta falta de ejemplaridad de muchos dirigentes un campo de cultivo para difundir sus ideas. Mientras occidente no comprenda que el mundo ya es pequeño y que lo que sucede en otros continentes nos afecta a todos, aún tendremos que sufrir, desgraciadamente los efectos del terrorismo.

-¿Cómo afecta a los africanos musulmanes la islamofobia?

-Cada vez que se produce un atentado en Europa recibo llamadas de mis amigos musulmanes, realmente afectados, no sólo porque el acto acaba con vidas humanas, sino también por la mala interpretación del islam. Me repiten frecuentemente que el islam es una religión de paz y detestan que los terroristas vinculen su fanatismo a su dogma. Por otra parte, saben que con cada acto terrorista el sentimiento de hostilidad hacia ellos aumenta o al menos aumenta la desconfianza. En ocasiones, me dicen que los días que siguen a un acto terrorista, sienten el recelo en las miradas de algunos transeúntes.

-¿Cuáles son las principales necesidades de la población de África Occidental?

-Sobrevivir para muchos es ya una aventura o una proeza. La cultura es una necesidad, y la alimentación y la atención sanitaria otras mayores.

-Y las mujeres, ¿en qué punto se encuentran?

-Las mujeres son las grandes protagonistas, pero desconocidas, de África. Pero cada vez son más las voces de mujeres que se alzan reivindicando los derechos que por justicia les pertenecen y, aunque los cambios que a ellas conciernen son lentos, intuyo que cada vez se producirán con mayor rapidez. En el entorno rural la tradición está más arraigada y ahí las transformaciones exigirán arduos esfuerzos.

-¿Cómo contribuye la cultura a este cambio de modelo?

-Si algo puedo hacer yo por África es decir a quien me escuche que la cultura en ese continente es desde hace siglos muy rica. Los géneros literarios han sido protegidos por los griots como si se tratase de un tesoro. Las ciudades acaban con la divulgación tradicional del saber, así que los más jóvenes ya no conocen más que las historias que les narran en las escuelas. En las últimas décadas muchas mujeres escriben, y hasta no hace mucho sólo leíamos la visión masculina de la realidad africana.

-¿Están los ovetenses interesados en la situación de África?

-Hay bastante más interés que hace años. Pero en las universidades españolas somos un reducido número de investigadores los que intentamos darla a conocer. Y si los comparamos con los que hay en Europa, son muy pocos.

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