La sombra del incendio declarado en el número 58 de la calle Uría que costó la vida a un bombero se proyectó ayer sobre el incendio de la calle Nueve de mayo, también con una víctima mortal. En la mente de la mayoría de los que presenciaron ayer el suceso estaba esta tragedia, ocurrida hace solo unas semanas. También en los rostros de los responsables de la seguridad en la ciudad, como el concejal Ricardo Fernández y el jefe de la Policía Local de Oviedo, José Manuel López, que se desplazaron de inmediato al lugar del incendio.

"Parece que hay una persona fallecida, estamos recopilando los datos", se limitó a manifestar Ricardo Fernández, con el móvil en la mano y en permanente contacto con los mandos que intervinieron en la extinción del fuego. Tan solo unas horas antes, la oficina de prensa del Ayuntamiento de Oviedo había anunciado una convocatoria "urgente" a los medios de comunicación en la que comparecería Ricardo Fernández para dar cuenta, rezaba el comunicado, de una serie de cambios introducidos en el funcionamiento del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) en el centro de la polémica tras el incendio de Uría. Sin embargo, tras conocerse el trágico desenlace del incendio de ayer en Salesas, la convocatoria se canceló.

Ya por la tarde, el Ayuntamiento dio cuenta en otro comunicado de los medios de extinción empleados en la extinción del fuego: la Policía Local, ocho bomberos y dos vehículos de extinción. La Policía Nacional se ha hecho cargo de la investigación del incendio, en coordinación con el Juzgado de guardia.