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"De mayor quiero ser notario"

Dos alumnos del Instituto Aramo con intención de estudiar Derecho trabajan una jornada con el fedatario Javier Merino

Javier Merino, junto a los alumnos del Instituto Aramo Miguel Andreu y Laura Zuluaga. LUISMA MURIAS

Laura Zuluaga y Miguel Andreu pensaban que ser notario se limitaba exclusivamente a echar una firma de vez en cuando, vestir trajes a medida y conducir coches caros, pero su percepción del día a día del fedatario público cambió al pasar una jornada entera en la notaría del ovetense Javier Merino Gutiérrez. Los jóvenes estudian segundo curso de bachiller en el Aramo y fueron elegidos para tomar parte en un programa puesto en marcha por el Consejo General del Notariado, una iniciativa que pretende dar a conocer a los estudiantes la figura del fedatario. "Trabajan bastante más de lo que yo pensaba", asegura Miguel Andreu después de cuatro horas de jornada.

Al medio día Andreu y su compañera ya habían visto los procesos a seguir durante la firma de un testamento, de una herencia o de un poder. También les había dado tiempo a meterse tras bambalinas para tomar buena nota del trabajo que hay detrás de una rúbrica, de toda las gestiones previas a ese momento. "Llevamos toda la mañana pegados a Javier (Merino) y la verdad es que nos estamos enterando de bastantes cosas porque nos lo explica a la perfección. Si no entendemos algo se para y vuelve a repetirlo para que nos quede bien claro", afirma Laura Zuluaga.

Cuando la joven era una niña siempre decía que quería ser veterinaria, pero la "fobia a la sangre" le hizo decantarse por el Derecho. Miguel Andreu, nunca tuvo dudas. "Tengo familiares que han optado por este tipo de estudios y siempre me ha gustado", sostiene. Pero de ahí a ser notario hay un largo trecho. "Por el momento habrá que empezar por estudiar la carrera, después estaría bien convertirse en notario, pero ya nos han contado que las oposiciones son muy difíciles", subraya Laura Zuluaga. De hecho, a Javier Merino le entra la risa floja cuando recuerda lo que tuvo que pasar para sacarlas. "Yo lo conseguí en ocho años, que por aquel entonces era la media. Eso sí, se trata de un proceso muy democrático, unas pruebas que garantizan que aquel que logre sacar las oposiciones se lo ha ganado de verdad", subraya el notario ovetense.

A Javier Merino Gutiérrez le gusta la iniciativa del Consejo General del Notariado. "Me ha gustado mucho estar con dos chicos tan jóvenes que tienen la ilusión de adentrarse en el mundo del derecho. He tratado de explicarles lo que hace un notario, para qué sirve nuestro trabajo, qué hacemos en los despachos...", sostiene. Según Merino, "es muy importante que sepan que el notario tiene la obligación de asesorar a las personas que van a firmar un documento. No se puede aceptar algo si no se comprende y no se tiene que tener pudor a la hora de pedirle al notario que te lo explique. Uno se queda muy a gusto cuando alguien te dice que te ha entendido perfectamente", subraya.

A lo largo de toda la mañana, los jóvenes visitantes sólo tuvieron oportunidad de estar presentes en la firma de una hipoteca. "Está muy claro que cuanta menos actividad haya en el país menos trabajaremos los notarios, pero nosotros no vivimos sólo de las hipotecas, eso . También trabajamos en constitución de sociedades, en ámbitos personales... se ha diversificado mucho nuestra tarea. Hay gente que no sabe que por una cantidad que oscila entre los 60 y los 150 euros se puede constituir una sociedad en una notaría española", explica el notario.

Durante la jornada laboral, los "notarios en prácticas" también fueron testigos de la importancia de las nuevas tecnologías para el trabajo de los notarios. "El año pasado hubo ocho millones de gestiones telemáticas en las notarías españolas", afirma Javier Merino Gutiérrez.

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