"Más de un centenar de vehículos se encuentran abandonados en las calles de la ciudad, según las cifras de la Policía Local. La retirada de estos coches por los responsables policiales requiere que, previamente, sus dueños renuncien a esa propiedad, de lo contrario, es necesario seguir un largo procedimiento administrativo para que las autoridades puedan arrastrar los coches sin dañar los derechos de propiedad de los ciudadanos. El progresivo deterioro de los coches abandonados termina por convertirlos en focos de suciedad e infecciones que provocan las protestas vecinales".