Las piezas que se retiren del número 58 de la calle Uría, el edificio colapsado en el incendio del pasado mes de abril, tendrán que ser colocadas en el futuro si están en buen estado de conservación. Así lo explicó ayer Mario Pevida, aparejador y responsable de "Pevida Construcciones", que es la empresa que, desde ayer, se ocupa del desmontaje de la fachada del inmueble afectado en el que perdió la vida un bombero municipal.

Las previsión que maneja Pevida a día de hoy, sujeta a posibles variaciones, es que los trabajos de desmontaje de la fachada estén completados "en tres semanas o un mes". En ese momento, si no hay ninguna complicación, se retirarán los bloques de hormigón que actualmente ocupan parte de una de las aceras de Uría y se abrirá de nuevo al tráfico ese tramo de la calle, que lleva cerrada más de un mes y medio.

Los trabajos para retirar la segunda y la tercera planta del edificio (la cuarta fue la que se derrumbó y la primera y la planta baja se mantendrán) se iniciaron ayer a partir de un estudio realizado por una empresa de topografía del parque tecnológico de Llanera. Se tomaron 989 fotografías de alta resolución (fotogramimetría) y se procesaron varios modelos en tres dimensiones del inmueble para tener una reproducción lo más exacta posible del edificio, diseñado por el arquitecto Juan Miguel de la Guardia en 1889.

Las actuaciones de desmontaje, explica Pevida, incluyen la numeración de cada una de las piezas retiradas para una futura reconstrucción que, siguiendo el citado estudio, tendrá que ser autorizada por la propiedad del inmueble. Las piedras que se vayan quitando serán trasladadas a una nave, donde serán guardadas y vigiladas durante el tiempo que duren las actuaciones. "Debemos ser muy minuciosos", insiste Pevida, consciente de que la investigación por el suceso sigue abierta y que la Policía Judicial seguirá recabando pruebas para esclarecer lo sucedido. De hecho, una vez se desmonte la fachada se procederá a desescombrar el interior del solar.

Los trabajos iniciados ayer han sido consensuados tanto por la propiedad como por la consejería de Educación y Cultura del Principado y el Ayuntamiento de Oviedo. El edificio, catalogado dentro del patrimonio cultural, fue reformado en el año 2.000, cuando se redistribuyó la cuarta planta, la cubierta del bajo y se instaló un ascensor.

El desmontaje de la parte afectada del edificio fue decidido hace semanas, después de un análisis pericial de los daños y tras apuntalar el inmueble. No obstante, los técnicos municipales tuvieron claro desde el día siguiente al incendio que, por seguridad, la solución era desmontar las plantas y volver a reconstruirlas. La reconstrucción tendrá que ser hecha con las mismas piedras.