El etilómetro caducado que la Policía Local utilizó para detener a tres conductores que dieron positivo en el test de alcoholemia el pasado 8 de mayo se envío a calibrar al Centro de Metrología de Madrid entre los días 8 y 15 de mayo, cuando alguien en el cuartel del Rubín se percató de que se les había pasado la fecha y no tenía los papeles en regla. Sin embargo, no se alertó al Juzgado de instrucción número 2 de Oviedo (donde se enviaron el día 9 de mayo los atestados) hasta el pasado lunes, tras la publicación el domingo en las páginas de LA NUEVA ESPAÑA de la cadena de errores cometidos.

Así lo aclaró ayer el concejal de Seguridad Ciudadana, Ricardo Fernández, a preguntas del concejal de Ciudadanos Luis Zaragoza en el seno de la Comisión de Participación Ciudadana. Si bien el responsable del servicio de Policía Local no concretó el día exacto en que el aparto fue remitido a Madrid, sí recalcó que el error no se comunicó al Juzgado hasta este lunes tras la publicación en prensa. Fernández también concretó que, según sus averiguaciones, el aparato sin papeles no se utilizó en más atestados, ni siquiera en alcoholemias administrativas.

Además, según informaron ayer fuentes de la Fiscalía del Principado, el único conductor condenado de estos tres procedimientos, no podrá recurrir su condena: una multa de 720 euros y la retirada del carné durante 8 meses. La sentencia es ya firme tras la celebración de un juicio rápido en el que, al margen de las mediciones realizas con el aparato, reconoció los hechos. Se trata en concreto de un hombre que arrojó un resultado positivo de 0,96 y 1,00 miligramos de alcohol por litro de aire espirado. Otro de los procedimientos fue sobreseído por falta de pruebas, mientras que el tercero está aún en marcha. La Fiscalía ha pedido un informe que determine el margen de error que pueda existir por esos días de caducidad.