No era la primera vez que la escritora Marta Sanz (Madrid, 1967) hablaba con sus lectoras (mayoría) y lectores en la Biblioteca Pública de Oviedo, en el taller que dirige con maestría Fernando Menéndez, escritor y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA. Ya lo había hecho como poeta y también como novelista y, por si esto fuera poco, su biografía está vinculada a la capital del Principado porque su novela "Daniela Astor y la caja negra" fue premio "Tigre Juan", galardón que compartió con "La hora violeta", de Sergio del Molino, y que, como recordó, no recogió ella -estaba de viaje en México-, sino su esposo, que siempre la acompaña a la capital asturiana. Marta Sanz se ha convertido en una escritora de referencia en España. "La lección de anatomía", publicada en 2008, marcó un punto de inflexión en la obra de una narradora y filóloga hasta entonces casi desconocida. Después vinieron otros títulos como "Black, black, black", "Un buen detective no se cansa jamás" y el ya citado premio "Tigre Juan".

A Oviedo la trajo esta vez "Farándula", una novela coral sobre el mundo del espectáculo pero que vuelve a ser, como el resto de su trabajo narrativo, un retrato de una época que ella misma califica de "compleja". "Lo mejor de esta historia es que ha sido acogida con gran cariño por el mundo del espectáculo. Me han hecho sentirme parte de una familia que no era la mía", dijo.

Simpática, expresiva y honda, Marta Sanz volvió a demostrar el pasado miércoles su soltura en el manejo del lenguaje oral y su gran capacidad para la oratoria. "Todos mis libros salen de libros anteriores. 'Farándula' salió del ensayo 'No tan incendiario', en el que expreso mis incertidumbres como escritora".

En su obra el elemento autobiográfico es muy poderoso, afirmó. Y ante una de las preguntas del público, sobre el protagonismo de la infancia como lugar de observación y aprendizaje en algunos de sus títulos, como sucede en "La lección de anatomía" y en "Daniela Astor y la caja negra", afirmó: "No trabajo la infancia como paraíso perdido, sino como espacio fundacional".

Marta Sanz habló con sus lectores de los personajes de "Farándula", reivindicó la importancia de la cultura en la vida de las personas, de "toda la cultura", desde Petrarca hasta la telenovela "Cristal", ejemplos que ella misma citó. "La cultura es como la alimentación, se metaboliza para bien y para mal", señaló.

Fernando Menéndez recordó que en esa misma tribuna se había sentado el escritor Rafael Chirbes, fallecido el pasado año, amigo de Marta Sanz y autor del prólogo a la nueva versión que hizo de "La lección de anatomía". La escritora contó una divertida anécdota de Chirbes, autor de "Crematorio" y "En la orilla", entre otros títulos. "Cuando le preguntaban sobre su compromiso como escritor, él respondía: 'Sí, soy un escritor comprometido porque soy a la vez leninista y proustiano' ".

"La escritura, como la vida, también es un proceso de descubrimiento y de aprendizaje", indicó Marta Sanz.