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Los jesuitas imprimen carácter

"El optimismo distingue a los alumnos del San Ignacio", afirma Daniel Villanueva, director de la ONG Entreculturas, en el reencuentro de cuatro antiguas promociones

Al colegio San Ignacio y a los jesuitas Daniel Villanueva les agradece "la buena formación académica" y algunos "extras". El primero, "una especie de optimismo ante la vida", que conduce a un "pensamiento esperanzado ante la realidad"; el segundo, "el convencimiento de ser algo más grande que nosotros mismos" y, en consecuencia, cierta "conciencia o compromiso social". Daniel Villanueva, sacerdote y director de la oenegé Entreculturas, que está vinculada a la orden de los jesuitas y trabaja en el ámbito de la educación en decenas de países, fue uno de los que ayer asistieron a la reunión de antiguos alumnos de cuatro promociones: las de 1971, 1981, 1991 y 2000.

Unas ciento treinta personas respondieron a la convocatoria, a la que también se sumaron algunos profesores, en activo y ya jubilados o alejados del centro. Ese fue el caso del entrenador de atletismo Juanjo Azpeitia, que se dejó ver por el colegio desde primera hora y que charló distendidamente con unos y con otros y se fotografió con sus antiguos pupilos.

Fernando Méndez-Nava, miembro de la Asociación de Antiguos Alumnos del San Ignacio, se ocupó de recibir a sus viejos compañeros y ponerles al corriente de cómo iba a discurrir la tarde. Su presidente, Juan Carlos Ovejero, no pudo estar presente por un compromiso adquirido previamente.

El encuentro empezó con una misa y estaba previsto que acabara con una cena informal, previo visionado de la final de la Champion, que se disputaba ayer por la tarde, en las mismas dependencias del colegio.

Daniel Villanueva, que ingresó en la orden de los jesuitas en 1996, ofició la eucaristía junto a otro antiguo alumno del San Ignacio de Oviedo, Alfredo Flórez. Éste último forma parte de la promoción que ayer conmemoraba el trigésimo quinto aniversario.

Villanueva celebraba los veinticinco años de su salida del colegio. La promoción más numerosa ayer fue la suya, con más de ochenta asistentes, según los organizadores.

En el vestíbulo, antes de acceder a la capilla donde se celebró la Eucaristía, los antiguos compañeros tenían la oportunidad de detenerse ante sus orlas, colocadas a la entrada sobre caballetes. En una de ellas, la del 91, estaba la foto de una jovencísima Laura Ponte, unos años antes de emprender su carrera internacional como modelo. Ella fue una de las ausencias en el encuentro.

A lo largo de la tarde hubo confidencias, bromas y palabras emocionadas por parte de alumnos y profesores, más aún en el acto que tuvo lugar en el aula Ignacio Ellacuría. El actual director del colegio, Luis Ordóñez, se dirigió a todos los asistentes. Ana García Borrego, representante de Entreculturas en Asturias, también intervino. Armando Guisasola fue el portavoz de la promoción que celebraba su treinta y cinco aniversario y tras él otros antiguos colegiales tomaron la palabra en representación del resto de las promociones.

Hubo fotos, que fueron tomadas en el frontón para evitar la lluvia.

Al comienzo de la eucaristía Daniel Villanueva invitó a sus antiguos compañeros a "celebrar desde lo hondo aquello que soñamos y que empezamos juntos en este colegio". El reencuentro de ayer les brinda la ocasión, según el sacerdote, de "conectar con nuestros logros y nuestros fracasos" y de "refundar nuestros proyectos".

"El último recuerdo que tengo de esta capilla es dejar una lectura a medias porque me dio la risa", reveló Villanueva, que se presentaba por primera vez ante algunos de sus compañeros de pupitre como sacerdote. "Hoy estáis comprobando que sí, que soy cura", dijo en tono de broma. Confesó que en sus tiempos de estudiantes "jamás pensé que iba a estar de este lado, dando la misa".

Fernando Braña, encargado de Servicios Generales del colegio San Ignacio, explicó que los asistentes recibieron la insignia de la Asociación de Antiguos Alumnos y contó que el encuentro, que se prolongó durante varias horas, estuvo plagado de risas y anécdotas.

El de ayer fue, en boca de Daniel Villanueva, "un encuentro prestoso".

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