"El grafeno tiene un gran futuro combinado con otros materiales", sostiene Rosa Menéndez, delegada institucional del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Asturias y vinculada durante treinta años al Instituto Nacional del Carbón, que tiene su sede en La Corredoria. Ayer, en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, Menéndez ofreció una de las charlas organizadas en colaboración con el CSIC y explicó, con la sala repleta de gente y el rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda, sentado entre el público, las cualidades y posibilidades del grafeno.

El grafeno tiene aplicaciones de lo más diversas: en la salud, en la industria y en la tecnología; combinado con otros materiales ofrece mayor rendimiento.

"El grafeno es una lámina de átomos de carbono de un átomo de espesor", explicó. Y contó cómo "fue aislada con una cinta de celo a partir de un grafito muy cristalino" por Geim y Novosélov, que por ese logro recibieron el Nobel de Química en el año 2012. Entre sus características destacó su transparencia, ligereza, alta elasticidad y una dureza comparable a la del diamante. Además, añadió, "tiene una alta conductividad térmica y eléctrica", es biocompatible, y es "doscientas veces más resistentes que el acero". "Es capaz de soportar el peso de un elefante", aseguró.

Ángeles Álvarez, directora de la Fundación para el Fomento en Asturias de la Investigación Científica Aplicada y la Tecnología (FICYT), presentó la conferencia y destacó algunos "extras" de Rosa Menéndez, el primero que sea mujer, ya que, "en nuestra sociedad y sobre todo unos años atrás, eso implicaba una mayor exigencia que a los varones".